En México, aguaceros continuos durante semanas han provocado al menos 80 muertes y casi dos decenas de desaparecidos. Las autoridades advirtieron que las lluvias continuarán en los próximos días, manteniendo a la población en alerta.
Santo Domingo.- Inundaciones, cortes de electricidad y daños en hospitales marcaron los recientes fenómenos meteorológicos que también afectaron a las Bahamas, donde se registraron fuertes vientos y marejadas.
En México, aguaceros continuos durante semanas han provocado al menos 80 muertes y casi dos decenas de desaparecidos. Las autoridades advirtieron que las lluvias continuarán en los próximos días, manteniendo a la población en alerta.
En Sevilla, España, se reportaron lluvias sin precedentes desde 1997, con 109 litros por metro cuadrado en menos de una hora, causando inundaciones y complicaciones en la movilidad.
En Estados Unidos, la ciudad de Nueva York sufrió intensas lluvias que provocaron varias muertes y inundaciones en calles, estaciones y sótanos, con mayores impactos en Brooklyn, Queens y Manhattan.
La región de Asia también resultó afectada: en India, el estado de Gujarat duplicó su precipitación habitual con 43 milímetros, mientras que en Beijing, China, se registraron 36 horas de lluvia continua con 68.8 milímetros, generando inundaciones significativas.
Ante estos fenómenos extremos, las autoridades mundiales se preparan para la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, que se celebrará en Brasil del 10 al 21 de noviembre.
Expertos alertan que el aumento de humedad por el calentamiento global potencia estos eventos extremos. Las lluvias de octubre no solo afectaron a múltiples ciudades, sino que también confirman que el clima del planeta ha cambiado, provocando impactos severos en infraestructura, turismo y comunidades.
El huracán Melissa se formó en el Atlántico y avanzó hacia el Caribe, donde impactó principalmente a Bahamas y posteriormente a Cuba.
En su paso por el sureste cubano, tocó tierra en la madrugada del pasado miércoles y permaneció sobre la isla durante aproximadamente siete horas, con vientos sostenidos de hasta 200 kilómetros por hora y fuertes precipitaciones que alcanzaron hasta 400 milímetros en algunas zonas.
Melissa generó inundaciones, crecidas de ríos y sobrecarga de presas, provocando aislamiento de comunidades rurales y daños en infraestructura, incluyendo hospitales, viviendas y carreteras. Las lluvias y vientos asociados al huracán continuaron afectando la isla incluso días después de su paso, aumentando el riesgo de desbordes y emergencias por inundación.