Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Todo lo hoy en día es grande comenzó pequeño. Las grandes tiendas comenzaron pequeñas, las grandes industrias comenzaron pequeñas, los grates tesoros que hoy en día la gente tiene comenzaron pequeños, nosotros mismo nacemos pequeños y nos vamos convirtiendo en grande, y los animales que no piensan ni racionan, nacen pequeños y se van convirtiendo en grandes.
Quiero compartir con Ustedes mis queridos lectores algo que llego a mis manos hace algún tiempo, y dice así:
Pequeñas piedras son capaces de construir una gran montaña.
Pequeños pasos pueden cubrir muchos kilómetros.
Pequeños gestos de amor hacer reír a una persona.
Una pequeña palabra, puede colmarnos de felicidad.
Una pequeña oración puede arrancar un milagro de Dios.
Una pequeña sonrisa, puede convertir al mundo.
Son las pequeñas cosas las que construyen al mundo.
Cuando yo pienso en ellas, la imagen de Dios viene a mi mente.
Pienso en los momentos que compartimos en la escuela.
Compartiendo juegos y tareas que nos alegraban el espíritu.
No importa quién los haya escrito.
Lo más importante es que vienen a mi mente, y por eso le doy gracias a Dios.
Gracias por compartir esta hermosa amistad.
Gracias por esas pequeñas cosa que Dios nos da.
Termino con la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, Capitulo 10, Versículo 12 que dice: “El que se cree seguro, tenga cuidado de no caer”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.