Aunque parezca inofensivo, el mal uso del aceite puede afectar tanto el sabor de los alimentos como la salud.
Santo Domingo.- En muchos hogares dominicanos, cocinar con aceite es parte del día a día. Desde freír unos tostones hasta sofreír un buen mangú con cebolla, el aceite siempre está presente en la cocina criolla.
Sin embargo, aunque parezca inofensivo, el mal uso del aceite puede afectar tanto el sabor de los alimentos como la salud. Aquí se presentan cinco errores comunes al cocinar en aceite y cómo evitarlos para que la comida quede sabrosa y saludable.
Uno de los errores más frecuentes en los hogares es reutilizar el aceite. Muchas personas lo hacen para “no botar lo que todavía sirve”, pero lo cierto es que cuando el aceite se usa repetidamente, pierde sus propiedades y genera compuestos dañinos para el cuerpo. Además, cambia el sabor de los alimentos.
Solución: después de freír, deje que el aceite se enfríe y fíltrelo con un colador fino. Si nota que el color está oscuro o tiene mal olor, es hora de desecharlo. Lo ideal es no usarlo más de dos veces.
El típico “espera que el aceite esté bien caliente” puede salir caro. Cuando el aceite se calienta en exceso, se quema y libera humo, señal de que ya está degradado. Además, este humo contiene sustancias tóxicas que afectan las vías respiratorias y la salud cardiovascular.
Solución: la clave está en calentar el aceite a temperatura media. Si comienza a humear, bájelo del fuego unos segundos antes de continuar.
Otro error común es echar los alimentos directamente del agua al aceite. El resultado: salpicaduras, accidentes y una fritura mal lograda. La humedad hace que el aceite pierda temperatura y que los alimentos absorben más grasa de la necesaria.
Solución: antes de freír, seque bien los alimentos con papel toalla o déjelos escurrir un rato. Esto evita salpicaduras y permite que queden crujientes, no grasientos.
En muchos hogares se usa el mismo aceite para todo, pero no todos resisten igual el calor. Por ejemplo, el aceite de oliva virgen extra no es ideal para freír, ya que se quema rápido. En cambio, el aceite de canola, girasol o maíz soporta mejor las altas temperaturas.
Solución: elija el tipo de aceite según la preparación. Para sofreír, puede usar aceite de oliva o de coco; para freír, mejor uno de semilla refinado. Así se logra una cocción más saludable y duradera.
Otro detalle que muchos pasan por alto es dónde se guarda el aceite. Si se deja destapado o expuesto a la luz, se oxida y pierde sus nutrientes.
Solución: conserve el aceite en envases oscuros y bien tapados, lejos del calor y la luz directa. De esa forma se mantiene fresco por más tiempo y conserva su sabor natural.