La Habana.- “No pasa nada porque ya ganamos: estamos entre los cuatro mejores”, aseguró este domingo la habanera Mayté Smith, quien prefiere quedarse con esa satisfacción, a pesar de la derrota de Cuba frente a Estados Unidos (14-2) en la semifinal del Clásico Mundial.
La lluvia intensa en la capital de la isla, que dejó a un buen número de calles completamente inundadas, no desanimó a esta cubana de 50 años quien, acompañada por su hija y otra decena de aficionados, siguió el histórico juego en el Pabellón Cuba a través de una pantalla colocada entre banderas de la oficial Unión de Jóvenes Comunistas.
“Ojalá se mantenga (jugadores de Grandes Ligas con la selección nacional) porque nos han dado una alegría inmensa”, dijo a EFE sobre la novena caribeña, que incluyó por primera vez a tres jugadores de la MLB.
En el escenario, por momentos, se mezcla un poco de política. El público abuchea cuando la televisión cubana muestra los carteles contra el Gobierno que desplegaron algunos aficionados en el estadio IoanDepot de Miami.
La disidencia en Florida convocó a los cubano-americanos a manifestarse durante el partido. Esto no pasó desapercibido entre los asistentes.
Minutos después, cuando en la pantalla apareció un mensaje por motivo de las próximas elecciones al Parlamento en la isla, el público aplaudió como si se tratase de una carrera.
A unos minutos del Pabellón Cuba, la situación fue distinta.
A las afueras del cine Yara, en el céntrico vedado Habanero y en donde también se colocó una pantalla hacia la calle, no hubo ninguna polémica, solo bronca por el resultado.
“Es que los nuestros no dan ni un batazo bueno… ¿Para esto me mojé?”, se quejó Carlos, de 50 años.
Aunque también hubo optimistas: “Soy del equipo Cuba y lo apoyo siempre”, aseguró a EFE el joven Alfredo quien tardó una hora y media en transporte público para ir a ver a la selección cubana junto con su familia.
El fanático de 25 años no dejó que la intensa lluvia le pusiera un alto a su sueño. No es para menos: la última vez que el equipo llegó tan lejos en el Clásico él tenía ocho años.
Este hecho -que Cuba haya llegado, contra los pronósticos iniciales, a colocarse en semifinales- es motivo suficiente para olvidar el baño que le dio la novena norteamericana a los antillanos, según le dijo a EFE el disyóquey DJ Lino Asere, de 41.
“Estamos entre los cuatro mejores y eso es lo importante. A los norteamericanos les hicimos muchos ‘jits’, pero no se nos dio hacer carreras en este partido. No pasa nada”, subrayó con una sonrisa.
El combinado de las “cuatro letras” logró clasificar tras ganarle a Australia (4-3) en los cuartos de final.
La novena caribeña pasó como cabeza de su grupo tras una improbable combinación de resultados y a pesar de comenzar el torneo con dos derrotas.
Los comandados por Armando Johnson llegaron a Miami con el objetivo de hacer su “mejor esfuerzo” y ofrecer un espectáculo deportivo intentado obviar la politización del tema.
“De política no opino, lo mío es el béisbol. Soy del (equipo) Cuba y lo apoyo con MLB o sin (la) MLB”, remató Alfredo después de sonar una de las cornetas típicas de los aficionados.
A pesar de la derrota y las polémicas, los hinchas volvieron a casa con una sensación de que la escuadra cumplió en lo deportivo.
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