Un mensaje muy claro para todo el que lo quiera ver han dejado los escenarios contrastados por la encuesta Penn & Shoen Berland/Grupo SIN, presentados esta semana: la fábrica de presidentes del Partido de la Liberación Dominicana está activa y tiene productos terminados.
Que Leonel Fernández con el peso de tres periodos presidenciales aparezca con ventajas frente a las nuevas propuestas presidenciales de su partido y que supere en los tres escenarios proyectados a los potenciales aspirantes de una oposición muy fracturada, no es motivo de sorpresa para nadie, es una figura establecida comparada con personas que comienzan a prefigurar un perfil presidencial.
De lo que algunos observadores han empezado a tomar nota muy atenta es sobre el desempeño que ha tenido en esos escenarios, el doctor Reinaldo Pared Pérez, que a menos de tres meses de anunciar su determinación de buscar la presidencia de la Republica, supere al ingeniero Miguel Vargas Maldonado, y esté en empate estadístico con Hipólito Mejía, a quien le lleva un punto, y con Luis Abinader, que lo supera con dos. Esto más la ventaja que le transfiere el pertenecer al partido que tiene un 58%, lo que dice que en términos reales estaría en ventaja amplia frente a cualquier aspirante de un partido con el 38%.
La encuesta también proyectó escenarios con los aspirantes presidenciales Francisco Javier García y Juan Temistocles Montass, que ambos aventajan a Miguel Vargas, aunque pierden de Hipólito y Abinader, muestran que sus respectivas propuestas han estado calando, y de ser los candidatos, habría que sumarles el empuje del partido.
Hay otros mensajes de la encuesta que no deben ser soslayados a la hora de prefigurar las características que el electorado está procurando en un próximo presidente de la Republica, uno reflejado en el aferramiento a Danilo Medina, al que un 70% le propone modificar la Constitución de la República para que busque la reelección, y sobre el que consideran que lleva al país por muy buen camino, aunque la economía ande mal.
Danilo Medina representa una gran represa de popularidad que podría limitar el crecimiento de todos los aspirantes de su partido, pero una vez se defina que no es uno de los tantos charlatanes que han tomado la Constitución de instrumento al servicio de sus ambiciones y que no les ha importado poner de rodillas las instituciones y desequilibrar la economía para reelegirse, las aguas buscarán su cauce, y los electores procurarán al candidato que sientan más próximo al hombre del que no se quieren desprender.
El otro mensaje puede percibirse en el desempeño que está mostrando Luis Abinader, que aparece como el opositor más respaldado, y no porque tenga ni más peso ni liderazgo que Hipólito Mejía y Miguel Vargas, sino porque entre ellos, Abinader representa lo nuevo, que es otra aspiración del electorado: la renovación del liderazgo político.
El próximo proceso electoral será complejo porque estarán en juego no solo la presidencia y la vicepresidencia sino todas las posiciones electivas, y pienso que los jóvenes y mucha gente que despreciaba la actividad política se integrarán a participar porque Danilo Medina la ha revaluado, pero esa gente vendrá a empujar cambios.
No bastará con la proyección de una figura, pesarán las propuestas y las posibilidades de generar esperanzas, creo que la gente apostará por las energías renovadoras e irá tras un gerente responsable, y el PLD tiene la oportunidad para aportarlo.