REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, decidió este jueves volver a declarar el estado de emergencia en el área de Tokio, una alerta que estará vigente hasta el 22 de agosto y que coincidirá con la celebración de los Juegos Olímpicos, que serán definitivamente a puerta cerrada.
El estado de emergencia entrará en vigor el lunes 12 de julio para frenar el aumento de casos de covid-19 en la capital, dijo Suga tras reunirse con el comité gubernamental que gestiona la pandemia, aunque en la práctica la medida no supondrá mucho cambio con la situación actual, al margen de un endurecimiento de restricciones para los comercios.
La capital nipona está viviendo una nueva ola de contagios, alcanzando su cifra más alta de positivos desde el último mes de mayo, rozando los 1.000 casos y con una tendencia al alza que preocupa aún más teniendo en cuenta que miles de deportistas de todo el mundo llegarán al país en los próximos días.
La organización ha optado finalmente por no permitir la presencia del público por prudencia, según confirmó este jueves la ministra encargada de los Juegos, Tamayo Marukawa. El presidente del COI, Thomas Bach, voló a Tokio este jueves para ultimar los detalles de los Juegos y también ha formado parte de la decisión.
El país asiático decidió, asimismo, prolongar dicho nivel de alerta en la región de Okinawa (sudoeste), donde ya se encontraba activa, y mantener ciertas restricciones en las prefecturas de Chiba, Saitama y Kanagawa, colindantes con Tokio y donde también se disputarán competiciones de los Juegos.
La ausencia de público en un evento de estas características reduce considerablemente el espíritu del mismo, que durante décadas ha sido concebido como el mejor ejemplo de comunión entre afición y deporte.
Asimismo, no se ha calculado aún el impacto económico que supone la puerta cerrada, un descenso dramático de ingresos que va desde las propias entradas, a la inyección en turismo en el país nipón.
Días antes de la declaración del estado de emergencia y el cierre de los Juegos Olímpicos al público, el comité organizador ya anunció que se endurecían los protocolos de llegada de deportistas, después de que dos atletas ucranianos y un serbio dieran positivo a su llegada a Tokio.
Así, los participantes procedentes de Afganistán, India, Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka deberán someterse a test diarios durante siete días antes de su partida hacia Japón, tres días en el caso de países como Reino Unido o Egipto.
Hidemasa Nakamura, uno de los máximos responsables del comité organizador, explicó que tenían listo un plan para aislar inmediatamente a delegaciones completas en caso de que uno de los miembros de la misma resulte positivo.
Tokio 2020 considera contactos cercanos a «aquellos que han tenido contacto prolongado (durante 15 minutos o más) con una persona que se ha confirmado que tiene covid-19, dentro de un metro de distancia y sin usar mascarilla», explicaron. Serán las autoridades sanitarias las que valoren quiénes se ajustan a esa definición tras detectarse una infección.
Los participantes del evento deportivo más importante del año deberán someterse, además de los citados test previos, a otro test al llegar al país y serán sometidos a pruebas diarias durante todos los Juegos, a ser posible.
Asimismo, los participantes de Tokio 2020 deben seguir «únicamente» las actividades incluidas en su ‘plan de actividad’, con lo que está prohibido hacer turismo, y será obligatorio mantener una distancia de «al menos» un metro con los participantes en los Juegos y los residentes del país asiático.
Los participantes en los Juegos deben usar exclusivamente los vehículos reservados para la familia olímpica y está prohibido coger el transporte público. Igualmente, tan solo podrán comer en los restaurantes de las sedes, alojamiento o en su habitación.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email