Los Ángeles.– En una temporada repleta de ridículos y con un proyecto que hace aguas por todos los lados, Los Angeles Lakers tocaron fondo este domingo con una inapelable y humillante derrota en casa ante los New Orleans Pelicans (95-123).
23 pérdidas de balón, 7 de 34 en triples, 26 puntos concedidos al contraataque, 30 puntos abajo en el tercer cuarto.
Las estadísticas reflejaron con precisión la espantosa noche de los Lakers, pero más allá de los números quedó la impresión de que ahora mismo son un equipo en ruinas y con casi nada a lo que agarrarse.
Además, los abucheos regresaron al Crypto.com Arena por parte de una afición que ya no puede más y que abandonó en masa el estadio antes de que terminara el encuentro.
Los Pelicans llegaron al duelo como undécimos del Oeste y acabaron aplastando a los Lakers gracias a la espléndida labor colectiva de CJ McCollum (22 puntos y 8 asistencias), Jonas Valanciunas (19 puntos y 10 rebotes) y Brandon Ingram (19 puntos y 8 asistencias).
El español Willy Hernangómez jugó 3 minutos en los que aportó 2 puntos, un rebote y un robo.
Frente a los Pelicans solo dio la cara LeBron James, que sumó 32 puntos y 6 rebotes pero que con 7 pérdidas de balón tampoco escapó del naufragio local.
En la lista de actuaciones desafortunadas destacaron Russell Westbrook (16 puntos, con 5 de 15 en tiros, y 7 pérdidas de balón), Malik Monk (0 de 5 en tiros con 3 pérdidas), Talen Horton-Tucker (5 puntos con 2 de 7 en tiros) o Austin Reaves (2 puntos con 1 de 5 en tiros).
Esta dura derrota llega para los Lakers en un momento muy delicado del curso.
Novenos en el Oeste y con el play-in casi como único premio factible (la clasificación directa a los playoff es prácticamente imposible), los Lakers afrontan el mes y medio de temporada regular que queda con incontables dudas y con la ausencia del lesionado Anthony Davis.
Las perspectivas por el momento no son optimistas ya que solo han ganado 5 de sus últimos 15 encuentros (solo una victoria en sus últimos 5 partidos).
UN HORROR DE PÉRDIDAS
Lakers y Pelicans se dedicaron en el inicio a crear un terrible e inacabable catálogo de pérdidas de balón.
Totalmente descuidados y sin ningún tipo de tacto, los dos equipos ofrecieron un primer cuarto muy deslucido y que estuvo marcado por las 9 pérdidas de los Lakers y las 5 de los Pelicans.
Los visitantes, al menos, sacaron tajada de ese estropicio y abrieron una pequeña distancia pese a los 8 puntos de Russell Westbrook (20-24).
Nada cambió en el comienzo del segundo cuarto para unos Lakers tan torpes como confundidos, así que CJ McCollum y Jonas Valanciunas consolidaron la ventaja de los Pelicans (22-31 con 9.43 por jugarse).
La primera señal de vida de los angelinos llegó con un buen triple y un buen contraataque por cortesía de Carmelo Anthony (31-34 a falta de 7.47).
Pero la alegría les duró un suspiro.
Una nueva pájara de los Lakers, ahogados entre pérdidas de balón y errores en el tiro, permitió a los Pelicans controlar el partido al descanso (40-51) con un Brandon Ingram cada vez más enchufado (11 puntos).
Los Lakers, en cambio, se fueron al vestuario con muchísimos deberes tras una primera mitad espeluznante en la que perdieron 16 balones y metieron 3 de 13 en triples.
DERRUMBE TOTAL
Con 13 puntos en la primera mitad, LeBron James trató de revitalizar en la reanudación a unos Lakers muy necesitados de nuevos bríos.
Pero los Pelicans, con mucho oficio y sin heroicidades, continuaron con paso firme gracias al efectivo trío formado por Ingram, Valanciunas y McCollum (50-67 con 7.25 por jugarse).
Los Lakers parecían a punto de derrumbarse y dos triples seguidos de McCollum y Valanciunas motivaron los primeros abucheos y pitos de los fans de los Lakers (53-78 con 5.27 en el reloj).
Incapaces de plantear un mínimo de resistencia, los de púrpura y oro se desintegraron por completo en el tercer cuarto (25-44), cometieron un sinfín de errores que exasperaron a su afición, y tiraron la toalla ante unos Pelicans a los que no les cabía la sonrisa en la cara (65-95).
Los Lakers redujeron mínimamente el marcador en un último cuarto sin historia, pero ni con ese maquillaje de última hora lograron esconder una noche para el olvido.