Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Siempre he escuchado decir que el perro es el mejor amigo del hombre. He visto muchos documentales donde un perro ha salvado a su dueño, y personalmente he conocido a policías en los Estados Unidos que su compañero de recorrido es un perro, y ellos me han comentado que en varias ocasiones que su vida se han visto en extremado peligro y ha sido su perro quien les ha salvado la vida.
Es mucho lo que podemos aprender de estos animales, que sin ser racionales entienden como si en ellos existiera un instinto humano que reconociera el valor de la amistad hacia su dueño. Y lo mejor que ellos tienen es que no hablan y por eso no ofenden.
Hace días llego a mi esta historia que quiero compartir con Ustedes y lleva por título “El Perro” y dice así: “Soy médico veterinario, y fui llamado para examinar a un sabueso irlandés de 10 años de edad llamado Belker…lo examiné y descubrí que se estaba muriendo de cáncer y tras de llevar a cabo un procedimiento para que muriera sin mucho dolor, Belker fue rodeado por la familia. El niño de 6 años, se veía tranquilo, y acariciaba al perro por última vez, junto a su familia y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el por qué del lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea más corta que la de los humanos. El niño de 6 años, que había estado escuchando atentamente, dijo: Yo sé porqué. Dijo: La gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida, cómo amar a los demás y ser buenas personas, ¿verdad? El niño de 6 años continuó: Bueno, como los perros ya saben hacer todo eso, no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros”.
Por eso: Vive sencillamente, ama generosamente, quiere profundamente y habla amablemente.
Recuerda, si un perro fuera nuestro maestro, aprenderíamos cosas como: Cuando tus seres queridos llegaran a la casa, siempre correríamos a saludarles. Nunca dejemos pasar una oportunidad para ir a pasear. Dejemos que la experiencia del aire fresco y del viento en nuestra cara sea un éxtasis. Durmamos la siesta. Estirémonos antes de levantarnos. Corramos, saltemos y juguemos todos los días. Mejoremos nuestra atención y dejemos que la gente nos toque y acaricie. Evitaríamos morder y nunca daríamos malas respuestas. Aprenderíamos que los días de sol son buenos para recostarnos de espaldas en el pasto y así disfrutar la belleza del cielo. Cuando haga mucho calor, tomemos mucha agua y recostémonos a la sombra de un árbol. Cuando estemos felices, bailemos, deleitémonos siempre en la alegría. Seamos siempre y en todo momento leales. Nunca pretendamos ser algo que no somos. Cuando alguien tenga un mal día, quedémonos en silencio, sentémonos cerca de esa persona y suavemente hagámosle sentir que ahí estamos. Disfrutaríamos cada momento de cada día. Y por ultimo aprenderíamos que si lo que queremos obtener en nuestra vida está enterrado, tenemos que escarbar hasta que lo encontremos, pues lo fácil de encontrar, no es siempre lo mejor. Disfrutemos cada momento de cada día.
Recordemos siempre aquello que decía mi abuela: “EL PERRO TIENE MAS AMIGOS QUE LA GENTE, PORQUE MUEVE MAS LA COLA QUE LA LENGUA”.
Termino con los Versículos del 6 al 10 de la Carta de Santiago Capitulo 3 que dice: “La lengua es también como un fuego. Un mundo de maldad que mancha a toda persona y comunica el fuego del infierno a toda nuestra vida.
La lengua, por el contrario, nadie puede dominarla. Es un látigo incansable, lleno de mortal veneno. Con ella bendecimos a Dios Padre, y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen la bendición y la maldición. Esto, hermanos, no puede ser así”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.