“Los Problemas”

Un cordial saludo a todos los que en el día de hoy me están leyendo.

Cada uno de nosotros tiene algún problema en su vida que no sabe cómo resolver, tenemos alguna situación que nos preocupa y nos angustia, o una cruz que nos parece muy pesada y quisiéramos dejar de cargar. Hay algunos que tienen problema en su matrimonio, en su trabajo, o con la familia, problemas de salud, o problemas financieros. Son cargas que nos pesan mucho y que nos oprimen hasta alcanzar el cansancio. La gran diferencia es que unos siguen adelante con la mirada fija en el Señor, mientras que otros dejan que estas situaciones tomen control de su vida tanto espiritualmente como físicamente.

Hay algo que muchas veces he repetido, y es que nada sucede por casualidad. Yo no creo en las casualidades, yo creo en las diocidades que son las cosas de Dios. Tenemos que ver en las cosas más difíciles que el Señor camina a nuestro lado. La Palabra de Dios dice en Mateo Capitulo 10, Versículo 30. Hasta los cabellos de nuestra cabeza están todos contados. Él lo sabe y lo puede todo. San Pablo nos dice en su Carta a los Romanos, Capitulo 8, Versículo 28: En todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman.

Con esto en mente quisiera invitarlos a leer esta pequeña historia que dice así: Cuentan que había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura el significado de la paz perfecta. Llegaron artistas de todos los rincones del reino, pues todos querían intentarlo.

Al fin llegó el gran día y se reunieron todos los artistas con sus pinturas en un gran salón del palacio. El rey se paseaba por el salón, observando con atención admirando todas las pinturas. Estaba la pintura de una apacible pradera llena de verdor, donde unas ovejas pastaban tranquilamente, otra de un mar sereno y cristalino que reflejaba una hermosa luna llena, pero la preferida de todos era una pintura que estaba en el centro del salón.

El rey se detuvo anta ella y examinaba cada detalle de aquella pintura, era un lago muy tranquilo donde se reflejaban unas montañas majestuosas con sus picos cubiertos de nieve sobre los picos, un cielo azul se adornaba con unas nueves blancas los presentes miraban extasiados y suponían que esta sería la pintura ganadora.

El rey siguió su recorrido por el salón y allí, en un apartado rincón, quedaba una última pintura que todos los presentes habían relegado último lugar, cuando el rey la vio, su rostro cambió y mandó inmediatamente a buscar al artista que la había pintado, la gente estaba sorprendida.

Esta pintura mostraba un mar embravecido que azotaba fuertemente un acantilado, era una noche oscura y lluviosa, donde el cielo se iluminaba violentamente por los relámpagos, y en medio del rugir de la tormenta, un peñasco sobresalía de entre las olas.
Allí, en uno de sus lados había un nido, frágil y delicado, donde un pequeño pajarito alimentaba a sus polluelos.

El rey comenzó a explicarles que la paz no significaba que, estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo o sin dolor, paz significa que, a pesar de estar en medio de todos las adversidades, a pesar de estar en medio de todas estas adversidades, a pesar de estar a la merced de las presiones y urgencias, nuestro corazón sea capaz de permanecer en calma, ese es el verdadero significado de la paz.

Recordemos que los problemas los vamos a tener siempre, el caso es saber resolver esos problemas, y si no podemos resolverlos, ponerlos en las manos de Dios que todo lo puede.

Termino con la Carta de San Pablo a los Efesios Capitulo 1, Versículo 11 que dice así: “Dios dispone todas las cosas según el designio de su propia voluntad”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.