REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Los talibanes esperan «mantener una relación muy sólida con China» y «mejorar el nivel de confianza mutua con Pekín», en un momento en el que los insurgentes buscan apoyo internacional tras tomar el poder con la conquista de Kabul el pasado 15 de agosto.
«China es un país muy fuerte e importante en nuestro vecindario. Hemos tenido relaciones muy positivas con ellos en el pasado y queremos fortalecerlas, así como mejorar el nivel de confianza mutua. Esperamos construir una relación muy sólida con China», afirmó el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, en una entrevista con la televisión estatal china CGTN.
El portavoz agregó que «China puede apoyar a Afganistán a nivel económico», y que los talibanes esperan «inversiones y exportaciones chinas».
«Queremos que nos ayuden a desarrollar Afganistán. Queremos buenas relaciones con ellos», acotó Mujahid.
Los talibanes declararon el martes la «completa independencia de Afganistán» tras la retirada de las tropas estadounidenses y prometieron formar un Gobierno islámico «inclusivo», además de pedir apoyo internacional para reconstruir la economía afgana, golpeada por dos décadas de conflicto y muy dependiente de la ayuda exterior.
China aún no ha aclarado si reconocerá un Gobierno de los talibanes, pero ha señalado que Afganistán ha entrado en «un nuevo punto de partida» y que espera que los insurgentes formen un Gobierno «islámico, pero abierto», lo que sugiere que Pekín evaluará su comportamiento antes de reconocerlos.
«China mantendrá una política amistosa con los afganos, no se inmiscuirá en sus asuntos internos y seguirá ayudándolos en la medida de lo posible para lograr la paz y la reconstrucción del país», dijo hoy el portavoz de Exteriores Wang Wenbin en rueda de prensa.
El vocero aprovechó la coyuntura para, una vez más, arremeter contra la política exterior de Washington y denunciar «la muerte de al menos 47.245 civiles afganos a manos de los militares estadounidenses en los últimos veinte años», algo que «debe ser investigado».
«Los responsables deben ser llevados ante la justicia», denunció.
Pero a la pregunta de si China reconocerá a los talibanes, Wang se limitó a citar al difunto líder chino Mao Zedong: «Afganistán es un país heroico que nunca ha sucumbido en la historia. China y Afganistán son países amigos. China no quiere dañar a Afganistán, ni Afganistán dañar a China. Los dos países se apoyan el uno al otro».
En los últimos días, los funcionarios chinos han pedido abiertamente a la comunidad internacional que «contacte» con los talibanes y que les guíe «de manera activa», remarcando que el gigante asiático desea «desempeñar un papel constructivo» a la hora de mejorar la situación del país.
China busca proteger sus proyectos de inversiones en Asia Central y evitar la propagación del terrorismo regional: comparte unos 60 kilómetros de frontera en la región noroccidental de Xinjiang, zona mayoritariamente de etnia uigur en la que durante las últimas décadas se han registrado ataques de distinta índole.