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28 Marzo 2024

“Los tres sacos”

Hay a una leyenda acerca de tres hombres, cada uno cargaba dos sacos sujetos a cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.

  •   Ray Ortega
  • viernes 18 diciembre, 2020 - 7:37 AM

Un cordial saldo para todos mis queridos lectores.

Hoy quiero contarles una historia que lleva por título. Los tres Sacos.

Hay a una leyenda acerca de tres hombres, cada uno cargaba dos sacos sujetos a cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.  

Cuando al primero de ellos le preguntaron qué había es sus sacos, respondió: Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado. El saco de enfrente contiene todas cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posible. Me concentro en ellas y las estudios. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas. En consecuencia. El primer hombre, siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, contestó: En el saco de enfrente están todas las acciones buenas que he hecho. Las llevo delante de mí a las estoy mirando todo el tiempo y se las enseño a todo el mundo que me encuentro. Mientras el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores que he cometido, lo llevo conmigo a donde quiera que vaya, pero poa alguna razón, no puedo desprenderme de ellas,

Al preguntarle al tercer hombre, respondió: El saco que llevo delante está lleno de maravillosos pensamientos de la gente que me rodea. El saco que llevo atrás es muy grande, pero no me pesa mucho, es como las velas de un barco lejos de ser una carga para mí, me permiten avanzar por los caminos de la vida. En el saco que llevo atrás le he hecho un hueco en el fondo y puse todo la malo que escuche de los demás y que ellos hicieron.  Y voy hachando ahí lo que hicieron los otros mal y lo que escuche de los demás, y fueron saliendo por el agujero que hice en el fondo del saco y se perdieron para siempre.

Que seamos siempre como el tercer hombre que, supo llevar su saco, y hacerle un hueco en el fondo para ir echando todo lo malo que otros hacían y no irlo viendo, y su saco sea como una vela que empuja el barco.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.   

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