SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La extracción indiscriminada de materiales de los ríos continúa a todo tren, pese a que desde 2007 existe contra esa práctica una prohibición del Ministerio de Medio Ambiente.
Esa actividad, ilegal pero no siempre clandestina, se ha convertido en un lucrativo negocio del cual se benefician empresas y particulares. Las cámaras de El Informe captaron el proceso en diferentes puntos del país. Desde la autopista Duarte hasta el Este.
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Pese a los esfuerzos de medioambientalistas y comunitarios, en todas partes del país las granceras, constructores y otros se imponen al instinto de preservación o prefieran pensar en sus bolsillos y, hasta ahora, no hay ninguna persona en prisión por daños a un afluente.