Maestros y emergentes compiten por el Oso en Berlinale animada por Clooney

images (88)BERLÌN.- A los Osos de la 64 edición de la Berlinale se lanzarán consagrados como Alain Resnais y talentos emergentes de América Latina y Asia, dos cinematografías mimadas por un festival que reserva su apuesta mediática a un amigo de la casa, George Clooney.

El director de la Berlinale, Dieter Kosslick, parece confiar en el director y actor estadounidense para llenar por sí solo la alfombra roja, que se desplegará del 6 al 15 de febrero, diez días de intenso cine en que se proyectarán 409 filmes.

«A Clooney deberíamos tenerle en plantilla», ironizó Kosslick al presentar hoy el programa, en alusión a la asiduidad con que acude a Berlín, sea durante el festival o para rodar sus filmes.

Tal vez sea la presencia más esperada, pero no la única: también se anuncian las de Pierce Brosman, Matt Damon, Catherine Deneuve, Charlotte Gainsbourg, Bruno Ganz, Uma Thurman, Viggo Mortensen, Martin Scorsese y Ken Loach, quien recibirá el Oso de Oro de Honor.

Scorsese presentará un documental, mientras que Clooney exhibirá fuera de concurso «The Monument Men», basado en la historia de una unidad aliada consagrada a rescatar el arte expoliado por los nazis.

El desfile de veinte aspirantes al Oso -sobre quienes decidirá el jurado presidido por el productor James Schamus- se abrirá con «The Grand Budapest Hotel», dirigida por Wes Anderson y con Ralph Fiennes, centrado en la figura de un conserje de ese célebre hotel.

Se trata de una producción británico-alemana encuadrada en lo que Kosslick define como filmes que remiten al reciente europeo, en ese caso los años 20 y 30, previos a la sacudida del nazismo.

Junto a Anderson, competirán el argelino-francés Rachid Bouchareb con «La voie de l’enemie», interpretada por Forest Whitaker y Harvey Keitel, en torno a un preso converso al islam.

El veterano Resnais desplegará en «Aimer, boire et chanter» a un grupo de amigos, con Sabine Azéma y André Dussolier entre otros, reunidos ante la inminente muerte de uno de ellos.

Otro habitual en ese festival, Richard Linklater, traerá a Patricia Arquette y Ethan Hawke como pareja a las puertas del divorcio en «Boyhood».

La apuesta de Kosslick se centra en el cine latinoamericano y asiático, cada uno con cuatro representantes, el mismo número de películas que presenta el cine alemán, con filmes de Edward Berger, Dietrich Brüggemann, Feo Aladag y Dominik Graf.

La peruana Claudia Llosa, Oso de Oro en 2009 con «La teta asustada», regresa con la producción hispano-canadiense-francesa «Aloft», rodada en inglés y con Jennifer Connelly como protagonista. El brasileño Karim Aïnouz compite con «Praia do Futuro», un filme enfáticamente destacado por Kosslick y apuntalado con Wagner Moura («Tropa de Elite»), en el papel de un socorrista de playa que irá de su Brasil a Berlín envuelto en una historia de amor homosexual.

La argentina Celina Murga vuelve a la Berlinale con «La tercera orilla», su tercer largometraje, después de que en 2012 proyectase su documental «Escuela normal». Presenta la historia de un muchacho en conflicto, uno de los ejes temáticos de este festival.

El cuarto concursante latinoamericano es su compatriota Benjamin Naishtat, quien debuta con «Historia del miedo», una exploración en el pavor a lo externo desde el microcosmos de un barrio cerrado.

Llosa, Aïnouz, Murga y Naishtat son la evidencia del mimo con que la Berlinale trata al cine latino, y los dos filmes argentinos contaron con financiación del World Cinema Fund del festival.

El buen cine joven latinoamericano acostumbra a salir de la Berlinale con premio, aunque este año afrontará una dura competencia de otra de las «pasiones» regionales del festival, Asia.

Ahí estarán el japonés Yoji Yamada, otro habitual del festival, y hasta tres cintas chinas: «Bai Ri Yan Huo», de Yinan Diao; «Tui Na», de Ye Lou; y «Wu Ren Qu», de Hao Ning.

Todas ellas representan a la generación emergente asiática que encandila a Berlín, donde por primera vez en años no habrá cine iraní a competición, otra cinematografía propensa a llevarse el Oso.

«Es casualidad. Seleccionamos entre lo que tenemos, lo que está a punto para el festival y lo que nos atrae», explicó Kosslick, en lo que es su explicación oficial sobre ésta y otras ausencias.

La Berlinale presume de tender su alfombra roja por igual tanto a las estrellas como al cine político o social, que estará representado por la griega «Stratos», de Yannis Economides, reflejo de una «nueva miseria» -según Kosslick- que afloró en la zona euro.

A los amantes de Lars von Trier les espera, fuera de concurso, la versión completa de «Nymphomniac Volumen I», un exhaustivo en el que Gainsbourg da vida de una mujer etiquetada de ninfómana.