SANTO DOMINGO. El Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua fue testigo de una noche cargada de nostalgia, talento y sonidos que evocaron décadas de historia musical dominicana en el concierto Manzanayimbe. Encabezado por figuras emblemáticas como Fernando Villalona, Víctor Roque y La Gran Manzana, Pablo Martínez y el bachatero Luiggy Luiggy, el evento se destacó no solo por la calidad musical sino también por el viaje emocional que ofreció a los presentes.
Luiggy Luiggy: puntualidad y pasión bachatera
Inusualmente puntual para una actividad dominicana, Luiggy Luiggy abrió el espectáculo a las 10:12 PM, apenas unos minutos después de la hora convocada. El teatro aún a media capacidad no fue obstáculo para el bachatero, quien presentó una interpretación limpia y apasionada, destacando temas conocidos que fueron bien recibidos por el público que comenzaba a llegar. Sin embargo, fue al final, con sus icónicos «Dame veneno» y «Triste Final», cuando logró arrancar aplausos más sonoros. Su entrega, a pesar de las condiciones iniciales, dejó una impresión favorable y un inicio sólido para la noche.
Pablo Martínez: dos caras de la misma moneda
Luego llegó el turno de Pablo Martínez, quien ofreció dos momentos claves durante la velada. Primero, con su orquesta, recordó por qué su regreso a los escenarios es significativo. Canciones como «No se murió el amor» y «Loco loco» fueron recibidas con entusiasmo, y su distintivo «Uepa Caramba Ombe» resonó en el teatro, avivando los ánimos. Su voz, intacta y prístina, demostró que sigue siendo uno de los grandes en su género.
Pero el momento más vibrante vino cuando Martínez se unió a Víctor Roque y La Gran Manzana en un dúo especial. El carisma de Roque y la energía de Martínez en «Se Muere» elevaron la calidad del espectáculo, creando uno de los puntos álgidos de la noche. Las habilidades de ambos artistas en el escenario lograron una fusión que encendió al público.
Víctor Roque y La Gran Manzana: una fiesta en cada paso
Con Víctor Roque llegó la explosión de ritmos y nostalgia que muchos esperaban. A sus sesenta y tantos años, Roque sigue siendo un showman de primer nivel, guiando a la audiencia con la potencia de su merengue clásico. Temas como «Tus besos», «Por tu querer» y «La Morena» hicieron que el público se levantara de sus asientos y se sumara al festín de movimientos y recuerdos. Su orquesta, afinada y precisa, brindó la estructura perfecta para que Roque se luciera en cada interpretación. Si algo quedó claro es que La Gran Manzana mantiene su lugar en el panteón del merengue, con un sonido que sigue siendo fresco y emocionante.
Fernando Villalona: el niño mimado sigue brillando
Finalmente, Fernando Villalona, el «Niño Mimado de los Dominicanos», cerró la noche con la maestría que solo los grandes poseen. Villalona no solo entregó sus éxitos de merengue y bolero con la calidez y experiencia que lo caracteriza, sino que también demostró que su voz mantiene los matices y la fuerza que lo han hecho un ícono. Con cada canción, Villalona reafirmó su estatus como una leyenda viva de la música dominicana, dejando a los presentes emocionados y satisfechos.