Marx, niño de teta

Les juro que escuché claramente, con estos oídos que mañana se convertirán en tierra, cuando un furibundo defensor del "Sistema" (de éste, el nuestro) dijo con aire de erudito que debemos aceptar la corrupción como algo “normal” y “conveniente” al desarrollo capitalista,

Les juro que escuché claramente, con estos oídos que mañana se convertirán en tierra, cuando un furibundo defensor del «Sistema» (de éste, el nuestro) dijo con aire de erudito que debemos aceptar la corrupción como algo “normal” y “conveniente” al desarrollo capitalista, porque es fundamental en los procesos de acumulación originaria. Y es cuando he venido a caer en cuenta de que Carlos Marx, que estudió el capitalismo por arriba, por abajo y por los lados, fue un verdadero tonto, al afirmar que la acumulación originaria proviene de una vaina llamada dizque plusvalía. (¡Caramba, ese barbudo debió nacer aquí!)