Budapest.- Más de 75,000 personas, a las que no se someterá a medidas de control o restricciones por la covid, recibirán el domingo al papa Francisco en la Plaza de los Héroes de Budapest, donde celebrará la misa de clausura del 52 Congreso Eucarístico Internacional.
Antes de la misa, durante las pocas horas que pasará en Budapest, Francisco se reunirá con el presidente de Hungría, János Áder, y con el primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, con el que mantiene posturas enfrentadas en temas como la emigración o los derechos de las minorías sexuales.
Tras esta breve estancia, que el Vaticano no considera una vista oficial al país, el papa iniciará su visita de tres días a Eslovaquia.
SIN MASCARILLAS NI VACUNAS
Los 75.000 asistentes a la misa no tendrán que llevar mascarillas ni mostrar un certificado de vacunación o un test negativo de la covid-19, manteniendo la ausencia de medidas de seguridad que ha imperado durante los siete días del Congreso Eucarístico.
La incidencia de contagios en Hungría lleva dos semanas subiendo leve pero continuadamente, y está ya en los niveles más altos desde principios de junio, pero muy lejos de los máximos de la pasada primavera, según el portal Our World in Data.
Los organizadores explicaron antes del comienzo del congreso que «confiaban» en que la cuarta ola de la pandemia no estallara justo durante estos días, según informó el diario digital Népszava.hu.
Según la prensa local, la ausencia de controles explica que para el evento de Budapest se hayan registrado más personas que para los encuentros públicos que Francisco tendrá en Eslovaquia.
TE DEUM Y MÚSICA POP
El escenario desde donde hablará Francisco está justo en el mismo lugar que ocupó en 1938, cuando Budapest también fue sede del Congreso Eucarístico.
El color dominante del escenario será el blanco y los participantes del evento ocuparán toda la plaza, así como tramos de las avenidas que desembocan en ella.
Antes de la misa habrá un programa cultural de dos horas con la participación de destacados cantantes y actores, donde se espera la actuación de un coro de 2.100 personas, que fue formado para esta ocasión de miembros de 82 grupos del país.
El Coro de la Ópera Nacional presentará el «Te Deum» de uno de los compositores húngaros más conocidos, Zoltán Kodály, y también subirán al escenario dos cantantes húngaras de música pop, Sena Dagadu y Gabi Tóth.
También participarán dos deportistas paralímpicos, la atleta Luca Ekler y la esgrimista Gyöngyi Dani.
DISPUTAS POLÍTICAS
La visita de Francisco ha generado disputas políticas y varios medios cercanos al Gobierno húngaro han criticado al papa por actitud abierta hacia los inmigrantes, que Orbán rechaza rotundamente porque – argumenta – son una amenaza para los valores cristianos de Europa.
La oposición a Orbán ha insistido en recordar cómo Francisco ha mostrado su rechazo a «los nacionalismos cerrados y agresivos».
El Ayuntamiento de Budapest, dirigido por la oposición progresista, ha colocado carteles en las calles de la ciudad con citas de Francisco sobre la aceptación y solidaridad.
«La solidaridad no es compartir las migajas de la mesa, sino hacer, en la mesa, lugar para todos», reza uno de estos carteles.
El 54 % de los húngaros se declaran actualmente cristiano, un 39 % de ellos católico y el resto protestante, y el país es, en general, uno de los menos religiosos de Europa.
En 2001, el 54 % de la población se declaraba católica.
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