BRASILIA, Brasil.- El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), la mayor asociación campesina de Brasil, propuso hoy celebrar una huelga nacional si la Cámara de los Diputados aprueba realizar un juicio polÃtico contra la presidenta, Dilma Rousseff.
El lÃder del MST, João Pedro Stédile, afirmó que hablará con los sindicatos para «parar el paÃs» y «no dejar dormir» al vicepresidente, Michel Temer, primero en la lÃnea de sucesión en el caso de que se apruebe la destitución de Rousseff.
«Si no vamos a la calle, no ganamos esta», dijo Stédile en una charla con militantes de izquierda, en un campamento instalado en Brasilia por los grupos que apoyan a Rousseff.
Según el lÃder campesino, el proceso de destitución de Rousseff ha sido maquinado por las empresas y tiene como objetivo «la vuelta al neoliberalismo» y «quitar los derechos de los trabajadores».
Stédile, uno de los principales lÃderes de la izquierda brasileña, reconoció que los movimientos sociales «no han conseguido motivar» a los trabajadores a salir a la calle a manifestarse a favor del Gobierno y aseguró que «la burguesÃa tiene miedo de que el pueblo salga a la calle».
Asimismo, consideró que el Gobierno «se hizo tantos goles en propia puerta» que fue responsable en parte por la crisis actual y sostuvo que, pase lo que pase en la votación del domingo de la Cámara de los Diputados, el mandato de Rousseff se ha acabado ya.
El lÃder del MST sostuvo que si fracasa el intento de destitución de la mandataria, la semana próxima «comenzará el tercer mandato» del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En ese hipotético caso, demandó que los movimientos sociales presionen a Lula para que abandone a los «partidos conservadores», entre los que incluyó al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer, y el Partido de los Trabajadores (PT), fuerza fundada por Lula y en la que también milita Rousseff.
«Los partidos no representan a la sociedad», dijo el lÃder campesino, que abogó porque Lula monte un gabinete que recupere el «diálogo» con la sociedad e impulse una agenda de polÃticas de izquierda.
Stédile vaticinó que la contienda será «de larga duración» y «probablemente va a durar hasta 2018», año de las próximas elecciones, por lo que pidió a la militancia que se mantenga movilizada.