SANTO DOMINGO, República Dominicana.– El mercado de La Pulga se ha convertido en una alternativa para que familias de clase media baja consigan el sustento de los suyos.
Celia Yisel Castillo, una ama de casa, desde hace dos meses decidió trasladarse en su vehículo a un extremo de la avenida 30 de Mayo, donde comercializa cosas que ya no son útiles para su familia.
Acompañada de su hija, castillo explica que enseña a su pequeña a trabajar y ganarse las cosas y colaborar con los gastos de la casa.
Mientras, Andrés Taveras, un pensionado en los Estados Unidos, compra mercancía en ese país para venderla en La Pulga cuando viene a Santo Domingo.
Este comercio informal que se realiza cada domingo, acoge todo tipo de clientes, entre estos visitantes extranjeros.
Con una variedad de mercancías que va desde comestibles hasta juguetes, ropas, sabanas, cortinas, herramientas y otros, el mercado la pulga es realizado en el kilómetro 12 de la carretera Sánchez y a la misma altura de la Avenida 30 de Mayo.
Los clientes aseguran que prefieren el mercado de la pulga porque obtienen artículos de calidad a bueno precios.