Los Ángeles.- México inaugurará este sábado la Copa Oro de la Concacaf ante República Dominicana, en un escenario marcado por el temor y la tensión política que afecta especialmente a la comunidad latina en Estados Unidos.
El partido se disputará en el SoFi Stadium, el recinto deportivo más caro del mundo, pero la expectación habitual ha sido sustituida por preocupación, luego de que se anunciara una marcha multitudinaria ese mismo día por la mañana contra el despliegue militar ordenado por el presidente Donald Trump, en respuesta a la resistencia a sus redadas contra inmigrantes indocumentados.
A nivel nacional, se prevén centenares de manifestaciones mientras Trump celebra un desfile militar en Washington por su 78 cumpleaños.
El ambiente político actual amenaza con afectar los dos torneos internacionales que Estados Unidos acoge desde este sábado: la Copa Oro y el Mundial de Clubes de la FIFA. Las agencias de inmigración y fronteras anunciaron que desplegarán agentes en estadios, sin aclarar cuál será su función exacta dentro de los dispositivos de seguridad.
Ante la posibilidad de registros o detenciones, varios grupos de aficionados mexicanos informaron que no asistirán al partido. La porra Pancho Villa’s Army canceló todos sus eventos programados para el sábado en Los Ángeles “por las protestas actuales en la ciudad”.
“La decisión fue tomada por precaución y respeto a la seguridad de nuestra comunidad”, afirmó el grupo en un comunicado.
Desde el ámbito legal, también se han lanzado advertencias. La abogada de inmigración Leslie Reyes pidió directamente a los seguidores del Tri que no acudan al encuentro. “Ya tenemos notificación de que agentes de inmigración estarán en este evento”, dijo Reyes en un mensaje en redes sociales, recomendando evitar posibles conflictos con las autoridades, tanto para indocumentados como residentes.
Ante el clima tenso en Los Ángeles, ciudad con la mayor población mexicana en EE.UU., la selección decidió hospedarse en Long Beach en lugar del hotel original en el centro, zona donde se concentran las protestas y que se encuentra bajo toque de queda nocturno.
Desde la concentración del equipo no ha habido declaraciones oficiales sobre la situación, y el seleccionador Javier Aguirre ha evitado abordar temas políticos durante sus apariciones ante la prensa en los partidos previos.
En lo deportivo, México enfrenta el reto de revalidar el título de la Copa Oro y reconstruir la confianza del plantel de cara al Mundial de 2026, que organizará junto a Estados Unidos y Canadá.
Desde el ámbito organizativo, tanto Concacaf como FIFA intentan minimizar las preocupaciones. En un comunicado, la Concacaf aseguró mantener “una comunicación estrecha con las autoridades locales” y reafirmó que “la seguridad y el bienestar de todos los participantes, aficionados y partes interesadas es la máxima prioridad”.
Por su parte, la FIFA, que dará inicio al Mundial de Clubes el domingo con el duelo entre el Paris Saint-Germain y el Atlético de Madrid en Pasadena, también subrayó su compromiso con la seguridad.
“La seguridad para mí y para nosotros es siempre una prioridad máxima”, dijo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en entrevista con la AFP. “Queremos que los aficionados asistan a los partidos en un entorno seguro”, añadió.
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