Rosa defiende su hija como lo que es, su propia vida. Los responsables de dar tratamiento amparados en la bioética no pueden negarle la quimioterapia a una persona con cáncer en la sangre.
La bioética afirma que todos los seres humanos son merecedores de la misma y absoluta consideración y respeto. Las personas no son simples medios, sino fines en sí mismas. Por lo tanto, el ser humano tiene dignidad, y no precio. Los principios de beneficencia, de no maleficencia, autonomía y justicia son sus herramientas.
Utilizó los principios de bioética para defender el derecho a la quimioterapia de una niña con leucemia.
El principios de autonomía: implica la idea de libertad personal, exige el respeto a la capacidad de decisión de las personas, y el derecho a que se respete su voluntad, en aquellas cuestiones que se refieren a ellas mismas.
La joven, menor de edad, utiliza su madre como representante: “ella quiere que le pongan todo su tratamiento (quimioterapia), mi hija es menor y tiene derecho a soñar”
Principio de beneficencia: se refiere hacer el bien a la persona. La madre de Esperancita demanda hacer el bien a su hija, darle tratamiento para intentar salvar su vida y recuperar su salud. ¿Es mucho pedir?
“Yo quiero el bien de mi hija, no me importa lo que esté dentro del vientre de mi hija. Yo lo que quiero es la salud de mi hija“
Principio de no maleficencia, no hacer el mal. Al negar el tratamiento a una persona diagnosticada con leucemia y los galenos afirman necesita quimioterapia de urgencia, estamos haciendo el mal, estamos negando el derecho a los avances de la ciencia.
Principio de justicia: La vida humana es un valor sagrado, nada más importante que la vida misma. El derecho a la vida no se discute. Su madre refiriéndose al embrión que lleva su hija en el útero, afirma de forma categórica: “no puedo aceptar algo que no siento, ni sé de él, mi hija primero”
La vida de una niña está por encima de todas las Constituciones del mundo, grita la madre desesperada. !No le demos la espalda!
@lillianfondeur