Adís Abeba.- Millones de cristianos ortodoxos, junto con cientos de miles de católicos, celebran hoy en Adis Abeba el Viernes Santo, la fecha más solemne de la Semana Santa, conocida en la tradición ortodoxa etíope como ‘Semone Himamat’, que significa ‘Semana del Dolor’ en amárico.
Las calles de la capital etíope bullen de fieles que van y vienen de las iglesias ortodoxas, donde se congregan desde las primeras horas de la mañana y permanecen hasta el atardecer.
A lo largo del día, los creyentes oran y se postran como símbolo para conmemorar la crucifixión de Jesús de Nazaret, según la tradición cristiana, mayoritaria en Etiopía.
La ciudad vibra con una energía particular, pues esta es la última semana de la Gran Cuaresma, un período de ayuno de 55 días profundamente arraigado en la tradición de la Iglesia Ortodoxa Etíope Tewahedo.
Así, mientras los templos se llenan de plegarias, los mercados y comercios rebosan de actividad, con clientes que adquieren los productos esenciales para preparar la gran celebración de Pascua, que tendrá lugar el domingo.
Marta Hailemariam, vestida con ropa tradicional blanca, se une a otros fieles en la Catedral de la Santísima Trinidad para conmemorar esta fecha señalada.
“Hoy, recuerdo el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz, que derramó su sangre para la redención del mundo”, cuenta a EFE Marta, fiel de la Iglesia Ortodoxa Tewahedo de Etiopía, que cuenta con más de 50 millones de seguidores en un país de más de 120 millones de habitantes.
En Etiopía, la ‘Semone Himamat’ incluye varios rituales para conmemorar a Jesucristo, incluida su crucifixión en el Gólgota, un lugar fuera de las murallas de Jerusalén donde, según los evangelios, tuvo lugar su ejecución.
“Al conmemorar el Viernes Santo, reflexionamos sobre la salvación y la vida eterna que recibimos a través de la crucifixión de Jesús”, explica por su parte a EFE Behailu Iticha, clérigo de la Catedral de la Santísima Trinidad.
A lo largo del día, el clero recita pasajes bíblicos y canta himnos en honor al «sufrimiento» de Jesucristo: “Hoy recordamos todos los sufrimientos que Jesús soportó, incluidos los latigazos que se cree que recibió”, agrega Behailu.
Al caer la tarde, los fieles se acercan a los sacerdotes para confesar sus pecados y son simbólicamente tocados con ramas de olivo en un gesto que busca evocar dichos latigazos.
Después, realizan postraciones guiados por los clérigos como acto de penitencia y para recibir la absolución por los pecados cometidos durante la Semana Santa.
Tras una jornada de oración colectiva y después de recibir la bendición final, la multitud regresa a casa al atardecer.
Aunque el Viernes Santo se ha celebrado en decenas de miles de iglesias por todo el país, Su Santidad Abune Mathias, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Etíope, encabezó la conmemoración principal en la Catedral de la Santísima Trinidad en Adís Abeba, donde participaron numerosos obispos, sacerdotes y laicos.
La Pascua, que se celebrará el domingo, marca el fin de la Gran Cuaresma y es una de las festividades más vibrantes tanto para los cristianos ortodoxos como para los católicos en Etiopía.
Debido al uso del calendario ortodoxo oriental, las celebraciones religiosas en Etiopía suelen diferir de las del calendario gregoriano, ya que mientras que el resto del mundo vive en el año 2025, en Etiopía el calendario marca el año 2017.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email