SANTO DOMINGO.- La muerte del merenguero Johnny Ventura dejo consternación en el corazón de muchos artistas, sin importar el género o medio en que se desarrollen, la artista Milly Quezada ha sido una de ellos, la cantante expresó la tristeza que sentía por la pérdida.
“En este momento estoy descorazonada porque ésta es una pérdida que nosotros no estamos preparados para asumirla, ni el país, ni el mundo de la música, sobretodo en medio de la angustia que estamos viviendo con esta pandemia”. Exclamó «la reina del merengue».
La artista escribió mediante un publicación en redes sociales: “que coincidencia de la vida que el lunes pasado Johnny Ventura fue mi invitado “coach’’ de entrenamiento para el equipo que me toca orientar en “The Voice Dominicana”. Él aceptó mi invitación y pasamos un día entre risas, recuerdos y consejos a los jóvenes concursantes, haciendo énfasis de su acostumbrada solidaridad”.
“Johnny llegó con su hijo Jandy a orientar esas nuevas voces que están tratando de trascender. Y qué satisfacción me dio ver a su hijo solicitándole a la producción que le cuidaran a su viejo a quien le dijo ‘’papi me tengo que ir’’ dándole un beso en la frente”, describió la merenguera.
También, redacto lo que significó el deceso del artista para ella y si equipo de trabajo, por lo que dijo que “la irreparable pérdida de Johnny Ventura para mí y mi equipo de trabajo, encabezado por mi manager Pedro Núñez Del Risco es totalmente trágica y difícil de asimilar. Para nosotros y para todo el país así como la diáspora dispersa en cualquier parte del mundo, ha partido un hombre que siempre estuvo ligado a los mejores intereses de su familia, su gremio y su Patria”.
Añadió que “como artista, indudablemente fue el merenguero más trascendente que ha nacido en la República Dominicana. Fue tan diversa y emblemática su vida que abarcó desde un simple carbonero a un innovador merenguero, un ilustre diputado, distinguido alcalde de su ciudad natal Santo Domingo y tuvo la osadía de completar sus estudios en Derecho a una edad adulta, así se expresó con orgullo su acongojado amigo Pedrito”.
Finalmente, el escrito termino con una frase dedicada al merenguero que citaba “Al Caballo Mayor no hay quien lo pueda despedir y solo Dios lo puede recibir”.