Alcohol adulterado
QUITO, Ecuador.- El ministro de Salud Pública encargado de Ecuador, Nicolás Jara, confirmó este martes que las víctimas mortales por consumir alcohol adulterado con metanol en el país son 35 y los atendidos por intoxicación ascienden a 298.
Jara informó en una entrevista con Efe que no se pudo corroborar si las dos personas que murieron hace unos diez días en la provincia amazónica de Napo fueron por la misma causa y que aún están por ratificar posibles decesos en la serrana Azuay.
«Los de Azuay son sometidos a los exámenes, estamos pendientes de la confirmación», dijo Jara, quien añadió con respecto a los de Napo que «no fueron confirmados, son sospechosos, pero por situaciones, sobre todo, porque los pacientes fallecieron en la casa, fue imposible hacerles los exámenes».
Desde el pasado 14 de julio empezaron a registrarse muertes en el país a causa del alcohol adulterado, cuyo principal foco fue la provincia de Los Ríos, en el suroeste, en la que fallecieron 20 personas.
Además, de estos, hay un deceso en la provincia serrana de Pichincha, cuya capital es Quito; nueve en Tungurahua, dos en Azuay, (las dos en la región andina), así como dos en el Guayas y una en Manabí (ambas en la costa).
Asimismo, hay intoxicados en 15 de las 24 provincias que tiene el país.
Dentro de los afectados, Jara dijo que una decena de ellos perdieron «parcialmente o totalmente su visibilidad».
El ministro encargado detalló que el metanol se metaboliza dentro del hígado y produce formol y ácido fórmico, «muy destructores de los tejidos».
El ácido fórmico hace que la sangre sea muy ácida y vaya afectando a todos los órganos, empezando por el riñón, por lo que el intoxicado puede sufrir insuficiencia renal.
En cuanto al metanol aseguró que genera «problemas metabólicos que hacen que entren en desequilibrios de su PH (potencial de hidrógeno) de la sangre, que pueden llevar a un paro cardíaco».
Jara resaltó que el metanol es un producto altamente tóxico, por lo que el consumo de «60 centímetros cúbicos puede matar a una persona», lo que es el equivalente de «un cuarto de taza».
«En todos los países hay destilación casera y artesanal», manifestó el ministro encargado, quien añadió que estas siempre «traen una pequeña fracción de metanol», pero en el caso de Ecuador «se superó los niveles normales» de esta sustancia en el licor.
Para Jara, los fabricantes de esta mezcla pusieron el metanol «para mejorar el aguardiente» sin saber que estaban «produciendo veneno».
La autoridad de Salud explicó que el alcohol adulterado salió de una distribuidora de la provincia costera del Guayas, pero que este se comercializó por dos vías diferentes.
En el caso de la provincia de Los Ríos, donde en el momento de la intoxicación se celebraba una fiesta local, se vendió el licor como «aguardiente sin embotellamiento», mientras que en Tungurahua se mezcló con frutas y se comercializó a través de productos envasados «y de marca, pero sin registro sanitario».
Jara indicó que las autoridades retiraron en todas las tiendas del país las marcas que vendían alcohol adulterado y también se intervino la empresa distribuidora del Guayas.
Además, Jara relató que los ministerios de Salud e Industria están trabajando para que los pequeños productores artesanales mejoren la calidad de su licor o hagan otras actividades económicas como la elaboración de panelas, pues el aguardiente proviene de este producto.
De la misma manera, con el ministerio de Desarrollo Social se contempla realizar acciones para disminuir el consumo de alcohol entre los ecuatorianos.
