Madrid.- Morat lo ha vuelto a conseguir. Con apenas doce años dentro de la escena musical esta banda colombiana que repartía discos en su Bogotá natal sigue escribiendo páginas en la historia de la música, ahora haciendo vibrar a más de 55.000 personas en el estadio Metropolitano de Madrid, su primera parada de esta gran Gira de Estadios.
Las entradas se agotaron tiempo después de que la banda las pusiera a la venta, hace ya varios meses desde que anunciaron que este sería su único concierto de su gira «Antes de que Amanezca Tour» por Estadios en España, por lo que el éxito, pasara lo que pasara -incluido la pésima acústica del campo- estaba garantizado de antemano.
“Nos cagamos, no quisimos hacer un Madrid-Barcelona en nuestra primera vez, porque nos entró miedo de que no se vendieran todas. Siempre hay que dejar algo para la próxima”, dijeron a EFE entre risas.
Con un lleno hasta la bandera (nunca mejor dicho), Depol y Susana Cala fueron los encargados de ir calentando motores para lo que vendría después. Esta última, con un estilo realmente similar al cabeza de cartel, recibió el cariño unánime de los espectadores y se retiró minutos antes de las 21:00.
El concierto que comenzó puntual, a las 22:03 horas, empezó con un show de luces y visuales que acompañaba a la música. Todo estaba pensado resaltar al cuarteto formado por la contundente batería de Martín Vargas, las guitarristas de Juan Pablo Isaza y Juan Pablo Villamil y el bajo de Simón Vargas, que subió directamente al cuadrilátero central del escenario a saludar a su público.
El volumen de la música fue subiendo progresivamente hasta que por fin se entendieron perfectamente los acordes y la letra de «Cómo te atreves», canción que estuvo acompañada por un show de luces espectacular, pirotecnia en rojo y serpentinas, sentenciando de esta manera que la banda colombiana es más que un grupo pop.
La fiesta no había hecho más que empezar, por lo que a este tema le han sucedido los populares «506», «A dónde vamos», «Porfa no te vayas» o «Sobreviviste», una mezcla de sus últimos cuatro discos y EP, fue la elección perfecta para que siguiera la euforia colectiva.
“Bienvenidos a nuestro sueño Madrid. Hacer un Estadio es un sueño y nosotros no sabíamos cuándo llegaría, pero sí sabíamos que llegaría. Ustedes han sido parte de este sueño tanto como nosotros. Esta noche queremos haceros la propuesta de que este sueño se convierta en un recuerdo que nadie nos quite nunca. Y para ello qué mejor que, antes de que amanezca (haciendo juego de palabras con el título de su último álbum) que empezar por el principio”, ha dicho Isaza.
En ese momento, han empezado a sonar los acordes de la canción que les dio a conocer en 2015 «Mi nuevo vicio». Un público, enloquecido ha entonado a pleno pulmón la canción versionada por los colombianos de Paulina Rubio y que gracias a ella les ha hecho crecer hasta lo que son ahora, una de las bandas de mayor éxito mundial. No hubo voz que no la cantara.
Con «Mil tormentas» la colaboración que tiene con el dueto colombiano llegaba uno de los momentos más emotivos de la noche, en los que no solo las linternas de los móviles han formado una marea blanca de luces, sino también las pulseras que los asistentes reciben a la entrada y que van sincronizadas con la música se han sumado a esta ola blanquiazul.
El ecuador del concierto estuvo plagado de sorpresas y juegos con el público. Para empezar, Martín Vargas, se convirtió en el protagonista auténtico del concierto con sus baquetas con la canción «Mi Suerte», haciendo un juego con el público, dividiéndolo en tres partes y formando una especie de “batería humana”. “¡Ala Madrid!”, ha dicho el artista para animar al público sin percatarse de la jerga futbolística.
Otro de los juegos que ha hecho el cuarteto con el público ha sido dejar elegir a la audiencia a través de las pulseras cuál sería la próxima canción que tocarían «No hay más que hablar», «En un solo día» y «Acuérdate de mí’, cada una de un color.
A pesar de la difícil acústica del Metropolitano la energía del público no decaía en ningún momento, ni si quiera en las canciones más románticas como «Enamórate de alguien más». Aquí ya las parejas presentes se abrazan, se mueven rítmicamente, sacudidas por la marea o los grupos de amigas que se grababan y hacían fotos.
Para el final, para esa alegoría de Antes que amanezca, quedaron algunas de las canciones más queridas de lo presentes. «Llamada perdida», «Besos en guerra» y «Faltas tú», las tres sonaron como ninguna otra, en una mezcla de amor, nostalgia y pasión de la cual todos fueron partícipes. La banda se despidió como empezó con espectáculo pirotécnico y prometiendo no despertarse de este sueño nunca.