REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El primer hombre del mundo en recibir la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el coronavirus murió el pasado 20 de mayo de una enfermedad no relacionada en la ciudad británica de Coventry.
Con 81 años, William Shakespeare fue la segunda persona en vacunarse en el Hospital Universitario de Coventry en diciembre pasado, minutos después de Margaret Keenan, de 91 años, y en su momento las redes sociales habían estallado al conocerse su nombre.
La concejal de Coventry Jayne Innes, amiga de Shakespeare, fue la encargada de informar a medios británicos que el hombre había muerto el jueves pasado, y agregó que “el mejor tributo a Bill es ser vacunado”.
Shakespeare, que comparte el mismo nombre y apellido que el afamado dramaturgo británico, había trabajado en la empresa que fabrica autos de lujo y motores de avión Rolls-Royce y era consejero parroquial.
Los Hospitales Universitarios de Coventry y Warwickshire NHS Trust informaron que murió de un derrame cerebral.
Shakespeare, que había vivido en Brownshill Green, estaba internado en la sala cuidados intensivos del hospital en el momento de recibir la primera dosis de la vacuna, y entonces había dicho que había sido “maravilloso”.
En un homenaje su esposa Joy, dijo sobre su muerte que “Bill estaba muy agradecido por que le hayan ofrecido la oportunidad de convertirse en una de las primeras personas en el mundo en recibir la vacuna”.
Y agregó: “Era algo de lo que estaba enormemente orgulloso; le encantaba ver la cobertura de los medios y la diferencia positiva que pudo hacer en la vida de tantas personas”.
“A menudo hablaba con la gente al respecto y siempre animaba a todos a vacunarse siempre que pudiera”. Además de a su esposa durante 53 años, Shakespeare dejó a sus dos hijos adultos y varios nietos.
De acuerdo con la información recogida por medios británicos, William era un fotógrafo talentoso y amaba todo tipo de música, especialmente el jazz, y asistía regularmente a conciertos para tomar fotografías de los músicos.
Su viuda agregó: “A Bill le encantaba conocer gente y ayudarla en todo lo posible”. “Sobre todo, fue un esposo, padre y abuelo maravilloso, apodado Pop Pops por los nietos. Dejó una gran huella en todos los que lo conocieron y lo extrañaremos mucho”.
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