Redación Internacional.– Un silencio inquietante cayó sobre un pueblo marroquí este domingo después del fallecimiento de un niño de 5 años que estuvo atrapado durante cuatro días en un pozo.
Durante días, los pobladores de Ighran, un pueblo en una zona montañosa en el norte de Marruecos, llegaron a las orillas del pozo, animando a los rescatistas y voluntarios que cavaban profundamente en terreno difícil para llegar al agujero donde Rayan quedó atrapado.
Millones vieron la operación de rescate en la televisión estatal.
El pequeño fue sacado el sábado por la noche. Convencidos de que Rayan estaba vivo, la multitud vitoreaba mientras el menor era trasladado a una ambulancia donde sus padres lo estaban esperando.
Minutos después de que la ambulancia se alejara, el Palacio informó que el niño había muerto. El rey Mohammed VI expresó sus condolencias a los padres, Khaled Oram y Wassima Khersheesh. También llegaron mensajes de apoyo y condolencias de todo el mundo para la familia.
El papa Francisco dijo el domingo que era «hermoso» ver cómo la gente se había unido en los esfuerzos para salvar la vida de Rayan y agradeció al pueblo marroquí.
Rayan cayó en un pozo de 32 metros (105 pies) ubicado afuera de su casa el martes por la noche. Las circunstancias exactas de cómo cayó no están claras.
Durante tres días, los equipos de búsqueda utilizaron excavadoras para cavar una zanja paralela y posteriormente un túnel horizontal. Los rescatistas usaron una cuerda para enviarle oxígeno y agua, así como una cámara para monitorearlo.
El trabajo fue especialmente difícil debido a los temores de que la tierra que rodeaba el pozo pudiera derrumbarse sobre él.
El pueblo de unas 500 personas está salpicado de pozos profundos, muchos de los cuales se utilizan para irrigar el cultivo de cannabis, que es la principal fuente de ingresos para muchos en la región pobre, remota y árida de las montañas del Rif. La mayoría de los pozos tienen cubiertas protectoras.
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