Si vas por la calle y hay quienes cambian de acera para no encontrarse de frente contigo; si llegas a un lugar y todos guardan momentáneo silencio y te niegan la mirada; si voces anónimas te gritan insultos desde los callejones y hasta los niños se asoman por las esquinas haciéndote coros burlones. Es más, si hasta aquellos que te saludan tienen en su mente ese estigma que te identifica por siempre ante el mundo….Si eso te llega a suceder, sin importar lo que seas y lo que tengas; sin importar espurias absoluciones judiciales ni halagos y defensas compradas, es que eres, ciudadanamente hablando, un muerto en vida. No más.
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