Redacción internacional.- La vida de Agata Margaret Spada, de tan solo 22 años, llegó a un trágico final tras someterse a una operación de rinoplastia en un centro médico en Roma. Proveniente de Lentini, un pequeño municipio en la provincia de Siracusa, la joven había viajado junto a su novio hasta la capital italiana, alentada por las promesas de un procedimiento “mínimamente invasivo” promocionado en redes sociales. Ahora, su caso reabre el debate sobre los riesgos de la cirugía estética y el impacto de las redes sociales en las decisiones médicas.
Según informaron los investigadores, el objetivo era someterse a un procedimiento el día 4 de noviembre en el consultorio del médico Marco Antonio Procopio, a quien había conocido a través de publicaciones en TikTok. En su perfil, el cirujano prometía operaciones rápidas, sin cicatrices y con resultados estéticamente perfectos.
La intervención tuvo lugar en un estudio ubicado en Via Cesare Pavese, en el barrio romano del Eur. Sin embargo, lo que debía ser un procedimiento rutinario se convirtió en una tragedia. De acuerdo con el testimonio de su novio, Margaret empezó a sentirse mal inmediatamente después de recibir la anestesia local. Fue trasladada de urgencia al hospital Sant’Eugenio, pero su estado se deterioró rápidamente. La joven murió el 7 de noviembre, tras tres días en coma.
Las investigaciones lideradas por los carabineros del NAS (Nucleo Antisofisticazione e Sanità) revelaron graves irregularidades en el centro médico donde se realizó la intervención. Según informaron, no se encontraron documentos relacionados con la operación de Margaret, como la cartilla clínica o el consentimiento informado que debía haber firmado antes de someterse al procedimiento.
Además, el centro, que carecía incluso de una placa o letrero identificativo, ha sido clausurado como parte de las indagaciones. Tanto Marco Antonio Procopio como otro médico asociado están bajo investigación por presunto homicidio culposo. Los fiscales han solicitado verificar no solo las causas de la muerte de Margaret, sino también si las instalaciones cumplían con los estándares necesarios para realizar intervenciones quirúrgicas y responder a emergencias.
En medio de las investigaciones, una colaboradora del consultorio ofreció declaraciones al programa de televisión “Storie Italiane” en Rai 1, intentando desvincular al médico del caso. “El doctor opera solamente en clínica, y estamos recibiendo más de 200 llamadas por cancelaciones y dudas. No tiene absolutamente nada que ver con esta situación”, aseguró. También insinuó que la joven podría haber tenido problemas de salud previos. “Por mis contactos en el hospital Sant’Eugenio, supe que tenía otras patologías. El procedimiento ni siquiera empezó, ocurrió algo durante la anestesia”.
Sin embargo, los informes iniciales y el testimonio del novio de Margaret parecen contradecir esta versión. Según las autoridades, la anestesia fue administrada en el mismo centro médico donde, al parecer, se realizaban también intervenciones mayores, a pesar de que supuestamente no estaba equipado para ello.
Aunque la autopsia programada en el Policlínico Tor Vergata aún no ha aportado resultados concluyentes, la principal hipótesis apunta a un posible shock anafiláctico causado por la anestesia. “Los riesgos de las anestesias locales son bajos, pero no inexistentes. En casos raros, pueden producirse reacciones alérgicas graves o incluso paro cardíaco”, explica la información publicada en el portal del Instituto Superior de Sanidad (ISS) de Italia.
Otra línea de investigación busca determinar si Margaret padecía alguna alergia conocida o si las preguntas previas al procedimiento, esenciales para detectar este tipo de condiciones, fueron correctamente realizadas.
La noticia de la muerte de Margaret ha conmocionado a su ciudad natal, Lentini. Hija de Giuseppe Spada, un exconcejal y figura muy conocida en la comunidad, la joven era descrita como una persona alegre y llena de sueños. “Era su deseo, un pequeño sueño que no pudo realizar”, expresó su familia, devastada por la pérdida.
El abogado de los Spada, Alessandro Vinci, ha pedido respuestas claras. “Estamos hablando de un procedimiento rutinario. Es inaceptable que una chica de 22 años salga de un quirófano en un ataúd”, señaló en declaraciones recogidas por Il Messaggero.
El dolor de la familia ha sido compartido por vecinos y amigos en redes sociales. “Era tan hermosa y dulce. Esto no tiene palabras”, escribió un conocido en la página de Facebook de la comunidad de Lentini. Las instituciones locales también han mostrado su apoyo. “El consejo municipal se une al dolor de la familia Spada”, dice un comunicado oficial publicado por la alcaldía.
El trágico desenlace de Margaret Spada pone en el centro del debate no solo las prácticas de los centros médicos privados, sino también la falta de regulación sobre la publicidad en redes sociales que promueve procedimientos médicos. La autopsia y las investigaciones en curso serán claves para determinar responsabilidades, pero la vida de Margaret ya es una pérdida irreparable.