Mujer que busca acostarse con mil hombres en 24 horas quiere borrar el estigma "zorra"

Phillips ha restado importancia a sus lágrimas, atribuyéndolas al agotamiento tras un día “muy intenso”.

REDACCIÓN. – Lily Phillips, una joven de 23 años residente en Londres, desatado un debate global sobre sexualidad, feminismo y salud mental con su controvertida misión: borrar el estigma de «zorra» través de actos sexuales extremos documentados en su cuenta de OnlyFans. Después de tener sexo con 101 hombres en un solo día un evento que fue grabado para un documental de YouTube que ya acumula más de 5 millones de vistas, Phillips ha anunciado que su próximo desafío será aún más descomunal: 1,000 hombres en 24 horas.

Phillips argumenta que sus decisiones son un acto de empoderamiento personal y feminismo. Según ella, si los hombres ya la sexualizan, aprovechar esa realidad para generar ingresos es una forma de tomar el control. “Hago lo que quiero y lo hago porque me gusta”, declaró en el documental dirigido por Josh Pieters. Sin embargo, no todos lo ven de la misma manera.

El stunt de Phillips ha provocado reacciones encontradas en redes sociales, desde quienes la ven como una víctima de un sistema patriarcal que glorifica la cosificación, hasta quienes la acusan de fomentar comportamientos autodestructivos. Un usuario en TikTok describió su comportamiento como una forma de “autolesión sexual”, mientras que otro en X opinó que “los consumidores de pornografía y los que pagan por sexo son los responsables de que existan mujeres como Lily Phillips”.

Feminismo, salud mental y la viralidad

Más allá de las críticas o apoyos a Phillips, especialistas en salud mental han planteado preguntas sobre las motivaciones detrás de sus actos y su impacto emocional. Jordan Pickell, terapeuta en trauma y relaciones, señala que actos sexuales extremos como este pueden estar motivados por traumas no procesados o una búsqueda de validación.

“El problema surge cuando alguien repite un trauma en lugar de procesarlo”, explica Pickell, añadiendo que, aunque no conocemos la historia personal de Phillips, su reacción al final del documental  donde llora desconsoladamente  podría ser un indicio de conflicto interno.

Phillips ha restado importancia a sus lágrimas, atribuyéndolas al agotamiento tras un día “muy intenso”. Sin embargo, la escena ha alimentado la percepción de que podría estar enfrentando un costo emocional significativo.

¿Empoderamiento o explotación?

Phillips se describe como una feminista que busca provocar conversaciones, y en ese sentido, ha cumplido su objetivo. La discusión en torno a su caso refleja las tensiones culturales sobre la sexualidad femenina y su comercialización, un debate que divide incluso a quienes se identifican como feministas.

Stephanie Sarkis, psicoterapeuta, explica que actos como el de Phillips capturan la atención porque explotan las contradicciones de nuestras actitudes hacia el sexo: “La sociedad tiene visiones muy polarizadas sobre lo que es sexualmente apropiado o empoderador”, comenta.