Mujeres en el Trabajo 2023: Una perspectiva global

Para algunos, la flexibilidad laboral sustenta el progreso profesional, mientras que las experiencias de trabajo híbrido mejoran.

REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La tercera edición del informe Mujeres en el Trabajo: Una perspectiva global, elaborado por Deloitte, revela algunos avances en las experiencias que viven las mujeres en su lugar de trabajo: de acuerdo con los resultados de la encuesta, las tasas de agotamiento disminuyeron, los comportamientos no inclusivos se redujeron y las experiencias de trabajo en entornos híbridos mejoraron. No obstante, estos problemas continúan siendo un desafío para muchos.

No sólo ha habido una disminución significativa en el número de encuestadas que se sienten cómodas hablando sobre su salud mental en el lugar de trabajo, sino que también cada vez menos mujeres sienten que han recibido el apoyo adecuado en esta materia por parte de sus empleadores. Además, cada vez hay una mayor cantidad de mujeres que se siente incapaz de desconectarse del trabajo, incluso cuando, por lo general, ellas tienen la mayor responsabilidad de las tareas del hogar.

En este sentido, la falta de flexibilidad laboral está afectando su progreso profesional; el número de mujeres alrededor del mundo que dejó su trabajo por esta razón en los últimos 12 meses aumentó, en comparación con 2021 y 2020 juntos.

La investigación también muestra cómo los problemas de salud de las mujeres impactan en su vida laboral. Una de cada cinco mujeres dice que experimenta problemas de salud relacionados con la menstruación o la menopausia. Muchas mujeres dicen que trabajan a pesar de sentir dolor e incomodidad, en parte, debido al estigma persistente en torno a estos temas.

“Si bien nuestra investigación reveló algunos avances en las experiencias que vivieron las mujeres en su lugar de trabajo durante el año pasado, también evidenció que todavía queda trabajo por hacer”, dice Emma Codd, Líder de Inclusión en Deloitte Global. «Una gran cantidad de mujeres encuestadas no cree que sus empleadores estén tomando medidas concretas para cumplir con los compromisos relacionados con la equidad de género. Los empleadores deben ir más allá de establecer metas y políticas, así como fomentar un entorno de trabajo más inclusivo y respetuoso en el que todas las mujeres puedan tener éxito”, concluyó.

Para algunos, la flexibilidad laboral sustenta el progreso profesional, mientras que las experiencias de trabajo híbrido mejoran.

El informe de este año reforzó la idea de que la flexibilidad es una expectativa fundamental para las mujeres y un factor principal para la toma de decisiones en sus carreras. No obstante, menos de una cuarta parte de las encuestadas dice que cuenta con un alto grado de flexibilidad en cuanto a dónde y cuándo trabajar. Al respecto, esta falta de adaptabilidad en torno al horario laboral es una de las tres razones principales que citaron las mujeres por la que dejaron a sus empleadores el año pasado.

Existe una correlación entre la flexibilidad laboral y la lealtad hacia los empleadores, ya que dos tercios de las mujeres que tiene un acuerdo de trabajo altamente flexible dice que planean quedarse en su empresa por más de tres años, en comparación con sólo el 19% de las mujeres que no cuenta con esta facilidad. Sin embargo, muchas mujeres no se sienten cómodas aprovechando las políticas de trabajo flexible: 97% cree que solicitar o aprovechar este beneficio afectaría su probabilidad de lograr una promoción y 95% cree que es poco probable que su carga de trabajo se ajuste.

Alrededor de un tercio de las mujeres encuestadas dice que ha experimentado una falta de previsibilidad en el horario laboral cuando trabaja en entornos híbridos y que no tiene suficiente flexibilidad por parte de su empleador. En este sentido, aunque las experiencias de las mujeres que trabajan en entornos híbridos han mejorado este año, 37% de las mujeres afirmó haberse sentido excluida de reuniones importantes y casi un tercio dijo que no tiene suficiente exposición con sus líderes senior.

Las mujeres tienen la mayor responsabilidad de las tareas del hogar y, a menudo, sienten que deben priorizar las carreras de sus parejas.

Aunado a su trabajo remunerado, las mujeres siguen encabezando la mayor parte de la responsabilidad de las tareas del hogar. Estas tendencias son más generalizadas para las mujeres de los grupos étnicos minoritarios, quienes tienen más probabilidades de realizar la mayoría de los quehaceres.

Además, más de un tercio de las mujeres dice que siente la necesidad de priorizar la carrera de su pareja sobre la suya, a menudo porque ésta gana más dinero. Más de dos tercios de las mujeres dice que su pareja es la principal fuente de ingresos; sin embargo, incluso entre las mujeres que son la principal fuente de ingresos en sus hogares, casi una de cada cinco todavía dice que tiene que priorizar la carrera de su pareja sobre la suya. Esto puede contribuir a un ciclo que disminuye las posibilidades de las mujeres de ganar más.

Las preocupaciones en el lugar de trabajo persisten, a medida que la salud mental y los comportamientos no inclusivos presentan desafíos adicionales.

El informe de este año también encontró que la salud mental sigue siendo una de las principales preocupaciones para las mujeres que trabajan. Si bien las encuestadas informan una ligera mejoría en su bienestar mental —ya que una menor cantidad de mujeres dice que se siente agotada en comparación con el año pasado (28% frente al 46%)—, sólo 37% califica su capacidad para desconectarse del trabajo como «buena», frente al 45% del año pasado.

Mientras tanto, el estigma en torno a la salud mental en el lugar de trabajo sigue existiendo, ya que sólo una cuarta parte de las encuestadas se siente cómoda hablando sobre este tema, lo que muestra una disminución del 43% desde el último informe. Además, muchas sienten que sus empleadores no les han brindado el apoyo adecuado en esta materia. Estos problemas son particularmente habituales entre las mujeres de grupos subrepresentados, que son más propensas a informar que se sienten agotadas.

Junto con estos desafíos, también existen problemas sociales que impactan a las mujeres. Casi seis de cada 10 de las encuestadas (59%) dicen que están “muy/extremadamente preocupadas” por los derechos de las mujeres, por lo que ésta es su principal preocupación, seguida por la seguridad financiera (58%), la salud mental y física (ambas con un 56%), y la seguridad personal (54%).

Las mujeres de la comunidad LGBT+ tienen mayor preocupación por los derechos de las mujeres, mientras que las mujeres pertenecientes a grupos étnicos minoritarios se preocupan más por su seguridad financiera. Más de cuatro de cada 10 mujeres (44%) reportan haber sufrido acoso y/o microagresiones. Aunque encontramos una disminución con respecto al 59% del año pasado, estas cifras siguen siendo demasiado altas, ya que más de la mitad de las mujeres que experimentaron estos comportamientos no se sintieron cómodas al momento de denunciarlo con sus empleadores. De manera preocupante, las mujeres de la comunidad LGBT+ (76%) y las mujeres pertenecientes a grupos étnicos minoritarios (53%) experimentaron más comportamientos no inclusivos en los últimos 12 meses.

Cuando se trata de problemas de salud de las mujeres, muchas luchan en silencio
Muchas de las mujeres en el ámbito laboral a nivel global están experimentando problemas de salud relacionados con la menstruación y la menopausia. Entre ellas, más del 40% afirmó trabajar con dolores o síntomas relacionados con la menstruación y 20% con síntomas relacionados con la menopausia.

Las organizaciones líderes en equidad de género siguen haciéndolo bien
Este es el tercer año en el que el informe identificó a un grupo de «líderes en equidad de género», organizaciones que, según las mujeres encuestadas, han creado culturas genuinamente inclusivas que respaldan sus carreras, el equilibrio entre el trabajo y la vida, y fomentan la inclusión.

Las mujeres que trabajan para estas organizaciones experimentan tres factores comunes: todas se sienten cómodas denunciando comportamientos no inclusivos; todas se sienten apoyadas por sus empleadores cuando se trata de equilibrio entre su trabajo y su vida personal; y todas creen que su carrera está creciendo tan rápido como les gustaría.

“Únicamente 5% de las mujeres ve a sus empleadores como líderes en equidad de género, lo que debería ser una llamada de atención de que aún se necesitan acciones significativas”, dice Michele Parmelee, Directora Ejecutiva Adjunta y Directora de People and Purpose en Deloitte Global. “Las mujeres son un grupo vital en la fuerza laboral, y nuestros datos muestran que cuando las organizaciones priorizan mejorar las experiencias de las mujeres en su lugar de trabajo, ellas están más comprometidas, son más productivas y desean permanecer más tiempo con sus empleadores. No sólo es lo correcto, sino que permite a los