Debemos crear el Museo Nacional del Merengue; la nación necesita un lugar donde se evoquen pinceladas de la historia de nuestro ritmo musical, del merengue típico dominicano; de sus orígenes, nacimiento, interpretes, promotores, desarrollo, extensión a nivel nacional e internacional; un lugar que informe, eduque, donde se expongan objetos e informaciones importantes sobre nuestro amado ritmo musical.
El merengue fue, indiscutiblemente, una gran inspiración, pues proyecta la personalidad de la mayoría de los dominicanos: extrovertido, alegre, bullicioso. De ahí que procede, que los ciudadanos nacionales que lo hemos escuchado, cantado y bailado con frecuencia, como los visitantes internacionales, disfrutemos de un espacio público, de atractivo cultural y turístico, llámese Museo del Merengue, donde en cualquier momento, se pueda conocer, escuchar y hasta bailar, este género musical. En este museo, el visitante podrá tener respuesta a muchas preguntas, como quien lo creo, como se llamó el primer merengue, tipos de merengue, el Perico Ripiao , instrumentos musicales, guira, tambora, acordeón, historia de los merengueros , sus éxitos musicales, fotografías, etc.
Sabemos que el merengue ha trascendido fronteras, se baila en todo el continente americano y hasta en parte de Europa. No es un ritmo cualquiera; recordemos que fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas (UNESCO), como patrimonio inmaterial de la humanidad , el 30 de noviembre del año 2016. De ahí que, este Museo procede; deben destacarse todos sus intérpretes, compositores; tenemos mucho y todos han hecho grandes aportes, dentro de ellos, Wilfrido Vargas, Fernandito Villalona, Juan Luis Guerra, Fefita la grande, Johnny Ventura, Mirian Cruz, los hermanos Rosario, Hector Acosta, Eddy Herrera, etc… Por ese motivo, el nombre del Museo debe ser genérico, sin hacer alusión a ninguno en particular. Cada merenguero, con sus alzas y sus bajas, tiene su historia de aportes hermosos, ritmos estupendos, y grandes esfuerzos para proyectar el ritmo y alegría de la nación.
El nombre más indicado es algo así como “Museo Nacional del Merengue”, que abarque a todos los merengueros, sin discriminación; su sede central, por múltiples motivos, incluyendo turísticos, debería estar en la capital de la Republica. Ojalá el proyecto de Resolución que solicita la creación del Museo del Merengue sea reintroducido al Congreso Nacional y aprobado con nombre genérico. Confiemos en que la decisión del nombre, se tome con la mayor objetividad, sin emotividad ni fanatismo político, pensando en todos los merengueros, en sus esfuerzos por hacer contribuciones musicales atractivas y cadenciosas a la población y en el bello aporte cultural que envuelve nuestro ritmo desde sus orígenes, pero sobre pensando en que los intérpretes y compositores, sin discriminación, merecen ser reconocidos y destacados.