Moscú.- Fotos inéditas sobre crímenes de guerra cometidos por soldados alemanes durante la II Guerra Mundial pertenecientes a la colección del célebre fotógrafo soviético Yevgueni Jaldéi son expuestas por primera vez al público moscovita.
«Esto no se había presentado jamás en Moscú, no lo había visto nadie antes», declara a EFE María Gadas, curadora de una exposición de fotos del Museo Hebreo que abrió este martes sus puertas en la capital rusa, dos días antes del 79 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi.
Según la comisaria, se trata de «una colección única» recopilada durante años por Jaldéi, que captó para la historia imágenes icónicas de la contienda y el proceso de Núremberg.
Documentalista del horror nazi
«Pasó su vida recopilando estos testimonios documentales. Muchas de estas fotos las requisó a alemanes presos o las halló en sus cadáveres. Los alemanes tomaban constancia gráfica muy minuciosa de todo lo que sucedía: las ejecuciones, las brutalidades, y escribían comentarios al dorso», explica.
Las fotos, expuestas en las paredes o en vitrinas, armadas con tablones de madera vieja que transmiten un ambiguo ambiente bélico de trinchera o de barraca de campo de concentración, vienen acompañadas de inscripciones muchas de las cuales fueron hechas por los propios alemanes que las captaron.
Túmulos de cadáveres, cuerpos tirados en la calle, famélicos convictos de campos de concentración, imágenes cruentas no aptas para menores de edad, se trata de testimonios de los horrores de la guerra y la crueldad de los nazis, según el fotógrafo ruso Alexandr Borodulin, al que Jaldéi legó su colección antes de morir.
Sin embargo, la exhibición, conformada por más de doscientos fotos y cerca de un centenar de vídeos, documentos, diarios, notas de campo, recortes de periódicos, objetos personales, medallas, es mucho más amplia, constata la curadora.
Judíos, víctimas y protagonistas
Además de la colección de Jaldéi, del que también se presentan fotos propias, como la que refleja la lúgubre marcha de refugiados en una Múrmansk destruida por la contienda, la muestra exhibe testimonios gráficos de otros quince fotógrafos y corresponsales de guerra de origen hebreo, al igual que este.
Todas las piezas, muchas de ellas únicas, fueron cedidas por el Archivo de Literatura y Arte, el Instituto de Historia Rusa de la Academia de Ciencias y coleccionistas privados.
«Se trata de una idea que teníamos desde hace mucho tiempo, porque buscaba esclarecer la participación de los hebreos en la II Guerra Mundial, que no fueron solo víctimas. Queríamos mostrar que esta historia no fue solo el Holocausto, que ellos participaron activamente en la contienda», añade Gadas.
Es así que el público puede disfrutar de imágenes tan conocidas como el «Comandante de brigada» de Max Alpert, en la que el militar se da media vuelta hacia sus soldados para arengarlos a la batalla, instantes antes de ser herido de muerte, según refleja la historia.
Destacan también obras de otros fotorreporteros que dejaron su visión de la guerra como la desgarradora «Desgracia» de Dmitri Baltermants, en la que los supervivientes lloran junto a los cadáveres esparcidos por la tierra bajo un cielo plomizo, o las intensas imágenes de la batalla de Stalingrado de Georgui Zelma.