SANTO DOMINGO.- En medio de los debates que se han originado en torno a la presencia o no del fentanilo en las calles de República Dominicana, el director del departamento de Salud Mental, Alejandro Uribe, afirmó que hasta el momento nadie ha confirmado que se esté usando fármaco en el país.
Uribe detalló que ayer martes estuvo realizando un recorrido por diversas entidades para constatar si hay o no casos de adicciones de ese fármaco, por lo que se dio cita a las instalaciones de Hogar Crea así como instituciones en Santiago, San Francisco de Macorís y Santo Domingo.
Dijo que, en el caso de Hogar Crea, solo le indicaron que tenían dos personas que habían usado ese producto, pero que los casos no son actuales sino de hace varios meses atrás. No obstante, indicó que, como no tuvo acceso a confirmar esos datos por cuestiones de ética por parte del centro, lo consideran como casos probables.
“Para fines de investigación esos casos se consideran como probables porque no pudimos confirmarlo si lo eran o no”, aunque aclaró que no ponían en duda las informaciones emitidas por las autoridades de Hogar Crea.
En las otras localidades citadas tampoco se pudo comprobar un caso activo y también dijo que personas que han trabajado en el área de adicciones dijeron que actualmente no habían recibido ningún de esa índole.
“Uno me dijo que había tenido un caso de adicción a fentanilo, pero que eso hace varios meses, no es un caso reciente, y que dos años tuvo un caso de un señor vino de Estado Unidos someterse a tratamiento aquí para esa adicción”, detalló.
En ese sentido, afirmó que no comparte con medios de comunicación que dicen que actualmente tenemos una gran cantidad de personas adictas al fentanilo en República Dominicana y que ni el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), el Consejo Nacional de Drogas, la Administración de Control de Drogas (DEA) y algunos laboratorios consultados no han comprobado que el fentanilo se esté usando en territorio nacional.
El fentanilo es una droga cien veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína, un fármaco para el dolor intenso que, llevado a las calles de manera ilegal, se ha convertido en una amenaza a la salud pública matando más de cien mil personas al año, solo en Estados Unidos.