Necesitamos personas humildes, no soberbias

Debemos de dejar de estar de peplosos, hablando disparates, en lugar de orientar correctamente a quienes mucha y buena dirección merecen y necesitan, es decir, los marginados del orden social actual.

1.- Embobar, alelar a los pueblos no es otra cosa que alucinarlos para que embaucados lleguen a creer como cierto lo que no es más que una trampa, un engaño para estafar su sana voluntad.

2.- A los dominicanos y a las dominicanas que carecen de lo indispensable para una existencia digna, les mantienen encandilados para que, fascinados, estén al caérsele la baba, más o menos boquiabiertos.

3.- Encontrándose en semejante situación, a los pobres del país, en su momento más crítico les hablan de democracia, elecciones, partidos políticos y reelección.

4.- Qué carajo de democracia, la misma que mantiene a nuestro pueblo hundido en la más profunda pobretería, y sin posibilidad a la vista para en lo inmediato desprenderse de ella y así alcanzar la abundancia, por lo menos, de comida.

5.- Qué pendejá eso de elecciones en lugar de hablarle al electorado de votaciones. En la elección, el ciudadano tiene libertad de escoger, elegir entre varios, pero en los procesos electorales dominicanos, todos los partidos son iguales aunque con diferentes nombres.

6.- Mucha plepla, cuántos disparates, hacerle mención a las masas hambreadas del país, de partidos políticos, en lugar de mencionarle órganos politiqueros para hacer dinero por medio de la politiquería. Son organizaciones del sistema para mantenerlo vigente.

7.- Con el fin de satanizar la reelección a la que aspira el presidente Luis Abinader, al pueblo humilde le han metido en la cabeza tremendo revolú, como si lo peor fuera el mantenimiento de Abinader en el poder, y no la continuidad del sistema que genera todos los males sociales que nos dañan como sociedad humana.

8.- Debemos de dejar de estar de peplosos, hablando disparates, en lugar de orientar correctamente a quienes mucha y buena dirección merecen y necesitan, es decir, los marginados del orden social actual.

9.- Nuestro país no está para que le estén haciendo bochinches politiqueros, simples alborotos para engatusarlo, mantenerlo alelao y siga siendo víctima de maquinaciones perversas.

10.- En las coyunturas políticas y sociales de mayor dificultad para lo que en verdad constituye el pueblo dominicano, ahora, es cuando los oprimidos sistémicos necesitan de sus mejores conciudadanos, de los que no están para hablar plepla.

11.- Es cuestión de no estar cuchicheando sin aportar para generar las modificaciones estructurales que hagan posible una modificación del statu quo que nos asfixia.
12.- Cada día que transcurre sin cambiar, o de cualquier manera modificar la forma como está organizada la sociedad dominicana, es más atraso y prolongar lo que desde hace muchos años estamos en la obligación de hacer desaparecer por dañino.

13.- No hay nada que inventar. Debemos estar plenamente convencidos de que continuar como hasta ahora, de ninguna manera; ni soñarlo; no hablarlo ni de broma. De un modo o de otro, un nuevo amanecer necesita y es merecedora la mayoría de la población dominicana.

14.- Lo que la realidad nacional manda a los dominicanos consecuentes, de pensamiento democrático, es que deben adelantar el proceso, acelerarlo para salir del rezago, la demora en que nos encontramos.

15.- Aquellos que aquí han mantenido su deseo de renovar la vida del país, no tienen otra divisa que la de avanzar hasta llegar a conquistar nuevas y mejores condiciones de existencia material y espiritual, en un ambiente lleno de humanismo, para olvidar el que padecemos ahora, que es cruel, egoísta y totalmente deshumanizado.

16.- Mujeres y hombres llenos de humildad y pura sencillez, libres de soberbia y vanidad, y en busca de dignidad y decoro, son los llamados a construir la comunidad a la cual aspiramos.