No exportamos prostitutas, sí pobreza

Lilliam Fondeur.

Lilliam Fondeur.

La trata y tráfico de niñas y mujeres es una realidad oculta e invisible a nuestros ojos, la esclavitud del siglo XXI.
Trata y tráfico son palabras distintas, y remiten a distintos delitos.

La «trata de personas» puede significar el reclutamiento, transporte, acogida de personas bajo amenaza o por el uso de la fuerza u otra forma de coerción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder, o recibir pago o beneficios para conseguir que una persona tenga bajo su control a otra persona, para el propósito de explotación.

En los lugares de explotación, las víctimas son retenidas por sus captores mediante amenazas, deudas, violencia y obligadas a prostituirse o trabajar en condiciones infrahumanas y les hacen creer que no pueden-salir de su situación de esclavitud.  En general, los tratantes retienen los documentos de las víctimas como una forma más de coacción. En el caso de los extranjeros y extranjeras los amenazan con la deportación o la cárcel.

La explotación puede incluir, como mínimo, la explotación de la prostitución, trabajo forzado, servicio doméstico, matrimonios serviles, u otros en condiciones de esclavitud.

El consentimiento de las víctimas de la trata de personas hacia sus explotadores es irrelevante cuando el acuerdo es bajo coerción o engaño.

El tráfico ilícito de migrantes consiste en la facilitación del ingreso irregular de una persona a un país que no es el suyo. Este ingreso ocurre de forma irregular o clandestina, y con la asistencia de un tercero que recibe a cambio beneficios.

Quien comete el delito es el traficante, que facilita el ingreso clandestino. Es importante recordar que sin cruce irregular de una frontera internacional con asistencia de un tercero, no hay tráfico ilícito.

La trata de personas, a diferencia del tráfico, no requiere del cruce de una frontera internacional. De hecho, ocurre  trata interna (niñas traídas del campo a realizar trabajos domésticos sin paga).

La trata internacional (víctimas reclutadas en República Dominicana y explotadas en España, Argentina, Puerto Rico, entre otros).
No me explico cuál fue el objetivo de Republica Dominicana firmar en el 2000 el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y nacional la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños si no destina los recursos necesarios para impulsar el Plan Nacional de Acción contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes 2009-2014. La trata y tráfico es un delito internacional de lesa humanidad.  Lo que no cuenta con recursos no existe.

Los beneficios de la trata y tráfico de niñas y mujeres solo es superado por el tráfico de armas y drogas y opera al igual que ellas, con la complicidad del silencio.

Dra. Lilliam Fondeur

@lilliamfondeur

www.lilliamfondeur.com