Un cordial saludo a todos mis queridos lectores, esperando se encuentren bien de salud en unión de sus seres queridos.
Hay algo a lo que casi nadie quiere llegar y es a ponerse mayor, o como decimos comúnmente viejos. Nosotros los seres humanos o por lo menos yo siempre digo que soy como el vino, que no me pongo viejo sino me pongo mejor.
Pero tengo que reconocer que no soy el mismo que cuando tenía veinte años, los años han pasado, recuerdo que mi padre que ya vive en la vida eterna siempre me decía que los años no venían solos, que venían acompañados y no de lo mejor. Ya no puedo correr como lo hacía antes, no tengo la misma agilidad para moverme, estoy un poco más gordo, en fin que no soy el mismo.
Estoy en la edad en que la vida es solamente un proyecto. He vivido mucho más de lo que me falta por vivir, y le doy gracias a Dios por eso, porque cuantos mueren y no llegan a esta edad que yo he llegado. Los años han pasado por mí dejando sus huellas, las arrugas, las canas, pero si estoy seguro que cada uno de ellos tiene su historia, esas cosas son visibles, y tengo que hacer un esfuerzo superior para lucir mejor.
He vivido mucho, he reído mucho y mucho que si he llorado, lo que si he podido comprobar es que mi risa y mi llanto no han sido en vano. He reído cuando están algunos alegres y he llorado al lado de muchos cuando están tristes.
Considero que los años han traído a mi vida muchos cambios. Los años me han enseñado a conciliar con el amor, y agradecer el regalo de la amistad, y a afianzar mi espiritualidad, y sobre todo me ha enseñado a contar con los demás antes de tomar una decisión en mi vida.
Hoy tengo que confesar, que un beso de mi hija, la sonrisa de mi nieta, o una reunión familiar me producen más alegría en mi vida, que si me ganara la mas millonaria de las loterías, porque se lo que es el amor y el amor no tiene precio.
Los años que he vivido también me han demostrado, que las amigas y los amigos han sido las personas que han iluminado mi camino en algún momento de mi vida, sin importar el tiempo, la distancia o cuanto hace que no nos vemos.
Que mi fe se ha vuelto más persistente y tolerante. He aprendido a tomar en serio mi espiritualidad, sin ser mas fanático que nadie, mi fe me ha ayudado a aceptar aquellas cosas que no puedo cambiar, a entender aquellas que antes no las entendía, y a ser tolerantes con los demás.
Los años han pasado, yo he ido cambiando, aunque mi cuerpo se va deteriorando, mi alma va rejuveneciendo, y yo me siento mucho más joven cada día. No temo a mi encuentro con mi Señor, mi tiempo de inseguridades ya termino, he cambiado lo suficiente, he comprendido que vivir de las apariencias no nos llevan a ninguna parte, porque haciéndolo dejo de vivir lo que es más importante para mi alma, que es la salvación.
Después de vivir tantos años, comprendí que el amor verdadero es aquel que perdona y no guarda rencor, que el amor real es el de mi esposa y las amigas y amigos que han pasado por mi vida dándome lo mejor que podían y lo que tenían.
Comprendí con el correr de los años, que debo dar gracias a Dios por mis amigas y amigos porque ellos me eligieron a mí como acompañantes del alma, en su ruta por la vida.
Y por ultimo he conocido a Dios, El bien sabe como soy yo, pero así y todo me quiere, y yo lo quiero a Él, porque se quien es El, y como puede ayudarme
Los dejo con los Versículos 26 y 27 del Capítulo 18 de los Salmos que dice: “Tú eres bondadoso con los buenos y eres integro con el hombre intachable, eres sincero con los que son sinceros y te muestras astuto con los falsos”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.