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27 Abril 2024

Nuestra principal riqueza

Es un  objetivo que solo puede proveer el campo.  Este es nuestra principal riqueza, la que siempre ha estado ahí y lo seguirá estando.  Y con renovada generosidad nos seguirá brindando sus dones en la mayor medida en que seamos capaces de brindarle la atención y los cuidados que merece.

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Sorprendente y contradictoria la afirmación del dirigente del Consejo Nacional de Comercio en Provisiones,  Jorge Morales, de que el país ha dejado de ser autosuficiente en rubros agrícolas de los cuales era autosuficiente, y cuyo abastecimiento al mercado está dependiendo de las importaciones.

Segundo vicepresidente del expresado Consejo, Morales cita como tales las habichuelas, los lácteos, arroz, maíz, ajo, aceites, café y la yuca, todos los cuales califica como parte de la identidad nacional y que, al presente debemos adquirir en el extranjero al costo de cientos de millones de dólares.

El dirigente comercial señala como causa principal  la falta de apoyo a los productores agrícola así como la necesidad de impulsar la producción agroindustrial, a fin de no quedarnos estancados en un país meramente agrícola, bajar los precios y depender menos de las importaciones.

Las  afirmaciones de Morales resultan tanto más llamativas por cuanto las “visitas sorpresa” que desde comienzos de su anterior gobierno puso en novedosa práctica el presidente Danilo Medina, a la que ha dado continuidad en este segundo período, han tenido como finalidad apoyar sobre todo a los pequeños y medianos productores en los más diversos cultivos.

En meses recientes el propio mandatario enarboló como consigna la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria del pueblo dominicano. Es la recomendación que para países como el nuestro rubrican los técnicos y los organismos internacionales involucrados,  como la principal entre las medidas a adoptar para enfrentar las consecuencias del cambio climático.  Proveer de comida a la gente es hoy  mas que nunca de máxima prioridad.

De ahí que los señalamientos de Morales no deban ni pueden ser pasados por alto, sobre todo cuando incluye entre los renglones carenciados y que requieren ser importados a uno tan emblemático como el arroz, que constituye presencia obligada en la dieta diaria de los dominicanos, y del cual se tenía entendido que sus niveles de producción alcanzaban con creces para suplir las necesidades de consumo del mercado nacional.

Desde mucho antes se pregonaba casi como artículo de fe que el país poseía el potencial agrícola necesario para convertirse y ser llamado “el granero del Caribe”.  Y si bien hemos logrado aceptables niveles de exportación en algunos renglones, todavía dista de poder dar real validez a esa pretensión.

En muchos sentidos y cultivos todavía la agricultura dominicana se encuentra atrasada, con bajos niveles de rendimiento, urgida de cambios sustanciales y aplicación de moderna tecnología, en el marco de una política integral que abarque todos los aspectos indispensables para lograr aumentos significativos y sostenidos en la cantidad y calidad de la producción.

Crear las condiciones propicias para poder aprovechar al máximo el potencial agrícola de nuestro país tiene que ser asumido como prioridad uno.  Y lograr la meta de garantizar la Soberanía y Seguridad Alimentaria de nuestro pueblo, una consigna de primer orden.

Es un  objetivo que solo puede proveer el campo.  Este es nuestra principal riqueza, la que siempre ha estado ahí y lo seguirá estando.  Y con renovada generosidad nos seguirá brindando sus dones en la mayor medida en que seamos capaces de brindarle la atención y los cuidados que merece.

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