Nuestro sancocho, el dominicano, es una mezcla de diferentes tipos de carnes, víveres y vegetales. Para que huela bien y sepa mejor es necesario la presencia en el mismo de la mayoría de los componentes, carnes de cerdo, de pollo, de chivo, de res y hay quien inventa con otras mas. Nuestra política se parece al sancocho,toma su tiempo, se sofríe se le echan los sazones y se pone a hervir en agua, y al final se incluyen los vegetales y el olor que percibimos, nos dice lo sabroso que puede estar. Todo toma su tiempo en la política, no hay ni enemigos pequeños ni vencedores en basea un discurso que muchas veces es sofisticado y se aleja del sentir de la mayoría.
Nadie puede negar que Danilo es un hombre preparado, hasta donde yo sepa honesto y que ha jugado jornadas importantes en el PLD, de ayer y de hoy. Pudo haber sido candidato en otra época, pero no luchó por ello, entendía que no era su tiempo, como en el sancocho, tiene que ver fusión de olores y sudores. Pretender llegar a la cima con una visión elitista del poder es un juego muy peligroso. Si observamos el comportamiento de los dos candidatos a vencer, desde el vestuario, grupos de asesores y promociones realizadas encontraríamos una respuesta acertada a lo que decimos.
Soy de los que creo que el saco y la corbata alejan al hombre del pueblo sobre todo en campaña. El PLD siempre ha sido un partido que se ha tratado de identificar con las élites poderosas, aunque sin lograr su propósito, y de conformación intelectual y muchas veces intelectualoides del país, no se mojan dentro del sudor del pueblo, no lo sienten. Su perfume es tan fuerte que les impide olerlo.
Tuvieron grajo una vez, prácticamente todos se olvidaron que el trabajo sin higiene, con ausencia total de agua en los hogares, tiene que producir mal olor.
En el lado opuesto Hipólito, de hablar campechano, directo, con un lenguaje que lo entiende el más humilde hasta el más encumbrado. Su vestuario de gala tanto en el gobierno como en la campaña es normalmente la chacabana lo que lo hace cónsono con los gobiernos de Centro América y el Caribe .
Tuve la oportunidad de ver una campaña excelente con artistas del país. Me invitaron y me lo mostraron y cuando lo vi. dije que la intención era muy buena pero que fallaba en lo más importante: ahí no hay grajo, no hay pueblo.
Si llegan a mostrarla, todos ustedes me darán la razón. El que se debe estar riendo con la muela de atrás es el hombre bisagra de estas elecciones, Amable Aristy. La última encuesta de la Gallup le da una ponderación muy importante. Si se estrechara el margen pudiera ser el que la decida. Al igual que Hipólito es un hombre popular y se emburuja con un pollo o con un salami sin importar el lugar ni el momento.
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