En nuestra República Dominicana está en expansión una gran hostilidad contra el Pueblo y la Nación que comparte con nosotros/as esta hermosa y hospitalaria isla caribeña; una hostilidad alimentada por la discriminación sistemática y una abundante divulgación, desde casi todos los centros de poder y generación de ideología, de 9 falacias fundamentales, entre otras:
1.-Propagan profusamente que “EL PUEBLO HAITIANO ES CULPABLE DE SU DESGRACIA”.
Esa supuesta culpabilidad está sustentada en la idea que le atribuye ser un pueblo de una “raza” inferior, bárbara, salvaje, incapaz de valerse por sí mismo y de superar su miseria extrema.
Tal sentencia ignora su historia, su heroísmo, sus hazañas: el primero en independizarse en Nuestra América y en abolir la esclavitud.
Oculta sus fases de prosperidad, sus valores culturales, el calibre de su intelectualidad, su vocación por el trabajo.
Silencia pérfidamente el rol depredador, saqueador, explotador… de las potencias coloniales y neocoloniales y sus elites lacayas; sobre todo de Francia, EEUU y Canadá.
Obvia la causas de su pauperización, de su brutal empobrecimiento…de la aridez y de la vulnerabilidad de su territorio y su sociedad frente ante todo tipo de fenómenos naturales.
Borra la inmensa deuda social contraída por las potencias opresoras.
Calla la imposición imperialista de crueles y corruptas dictaduras militares, seudo-democracias perversas, gobiernos y oligarquía delincuentes; desconoce las consecuencias de las sucesivas invasiones militares y de las empobrecedoras recetas neoliberales.
Oculta el odio racista, la venganza imperialista, la saña desplegada contra la rebeldía negra del país y el pueblo más africano del Continente.
En fin invierte la realidad.
Coloca las culpabilidades al revés.
2.-Que “HAITÍ INVADIÓ LA REPÚBLICA DOMINICANA Y OCUPÓ MILITARMENTE LA ISLA DE 1822 A 1844”.
La verdad es que todavía para esa fecha la República Dominicana no existía y lo que hoy es su territorio era colonia del Imperio español.
Las fuerzas revolucionarias haitianas, después de liberar la parte occidental de esta isladel yugo francés y de abolir allí la esclavitud, ocuparon militarmente toda la isla; desplazando al colonialismo español y proclamando la abolición de la esclavitud en la parte Oriental.
La separación de Haití y la fundación de la República Dominicana como Estado Independiente se produjo en 1844 a cargo de las fuerzas, que desde la defensa de una identidad nacional ya forjada, confluyeron con sectores anexionistas pro-españoles, camuflados de independentistas; quienes no tardaron en traicionar esa causa y en anexar la joven república a la Monarquía española.
Fue en 1863, luego de una intensa y heroica guerra patriótica, cuando fue proclamada la restauración de la soberanía dominicana.
3.- Que “LA REPÚBLICA DOMINICANA ESTÁ SIENDO DE NUEVO INVADIDA POR HAITÍ”.
El fenómeno migratorio haitiano hacia nuestro país es calificado de una “invasión”, supuestamente destinada a ocupar el país y destruir la dominicanidad, propia de un gran mestizaje “racial” y multicultural.
Pero resulta que ante esa dramática realidad lo que está haciendo el pueblo haitiano es migrar; y si las migraciones fueran invasiones, la mayoría de los países del mundo estarían siendo “invadidos”, y no precisamente por la OTAN.
Habría entonces que ver cuántos países están habitados solo por sus pueblos originarios y se han quedado sin soberanía.
Migrar, con documentos y sin documentos, no es invadir; y como parte de una sociedad en gran medida indocumentada y sometida a penurias que la obligan a tratar de sobrevivir en otros predios, una parte del empobrecido pueblo haitiano ha tenido que emigrar de su patria a otras tierras.
Emigra a Canadá, a EEUU (principalmente a Florida), a Europa, a otras Islas caribeñas… y sobre todo aquí… dado el hecho de que el río fronterizo se pasa a pie y la frontera terrestre es un negocio altamente lucrativo de generales, traficantes, políticos, funcionarios civiles, cónsules, empresarios.
Así a los/as integrantes de un conglomerado social altamente vulnerable, discriminado, acostumbrado a los trabajos más duros, en condiciones infames, son estigmatizados sistemáticamente como “invasores/as” despreciables y seres inferiores.
La complicidad dominicana en la violación de sus propias leyes, para traficar, pisoteando normas migratorias y negando derechos, disfruta de grandes beneficios y mucha impunidad.
Los “ilegales” son los/as inmigrantes y de esa manera se les criminaliza como seres humanos, como personas que supuestamente llevan en “cuerpo y alma” el delito.
4.- Que “LA AMENAZA FUNDAMENTAL CONTRA LA SOBERANÍA DOMINICANA ES HAITÍ”.
El calificativo de “invasión” al proceso migratorio procedente del país vecino, posibilita esgrimir de nuevo el “PELIGRO HAITIANO” contra la soberanía dominicana, por demás inexistente en tanto avasallada por la recolonización neoliberal
En vista de que los /as inmigrantes haitianos son tachados de” ilegales” y además de “invasores/as”, y como tales de “peligrosos e indeseables”; entonces, el tema migratorio pasa a ser un tema de “seguridad nacional”, de “soberanía amenazada”. Un tema de carácter militar-policial, frente al cual vale hasta hacer la guerra.
Como derivada perversa de esa concepción aberrante, sus descendientes son condenados a la apatridia y a la correspondiente ilegalidad.
Pero lo burlesco de esta ficticia tragicomedia es que Haití no tiene ejército ni soberanía.
Está demasiado lejos de ser imperialismo.
Tiene una policía construida con la tutela estadounidense y unas bandas paramilitares armadas con contrabandos tolerados desde Miami y asesorías de la CIA y mercenarios colombianos,
Sumados los efectivos de la PN de Haití y de las pandillas o bandas asrmadas, tienen un poder de fuego infinitamente inferior a las fuerzas militares y policiales dominicanas.
La República dominicana tiene ejército y policía, y su soberanía no está amenazada por Haití, sino anulada por EEUU.
Ambos pueblos tienen que recuperar su independencia y autodeterminación frente al dominio de EEUU y del Imperialismo Occidental, que no es “paja de coco”.
Tienen que hacerlo en unidad y juntos a la demás naciones recolonizadas de Nuestra América,
De ahí el interés de los dominadores de dividirlos y enfrentarlos entre sí.
5.- Que “LA INMIGRACIÓN HAITIANA ES UNA CARGA INSOPORTABLE PARA EL PAÍS”.
Pero la realidad es que los inmigrantes haitianos aportan al país mucho más de lo que reciben en salarios y servicios sociales.
Investigaciones que datan de algunos años, revelaron que la fuerza laboral haitiana residente en el país aportaba 4 veces más que los ingresos en monedas, especies y asistencia social recibidos por ella,
El esplendor de la industria azucarera dominicana se basó en la sobreexplotación de la mano de obra haitiana en condiciones no dignas de seres humanos.
Igual aconteció y acontece en la recolecta del café, en todas las plantaciones agrícolas y el poderoso sector de la construcción.
6.-Que “LA MANO DE OBRA HAITIANA DESPLAZA A LA DOMINICANA”.
Cuando lo que realmente acontece es que empresarios privados voraces, y hasta el propio Estado dominicano, desplazan a los dominicanos para contratar haitianos/as con peores salarios y jornadas más intensas; negando derechos fundamentales, imponiendo pésimas condiciones laborales y exhibiendo a la vez su hostilidad anti-haitiana desde una doble moral.
7.- Que son falsas las estadísticas de entidades de aquí y el exterior porque se puede apreciar en las calles que “LOS MIGRANTES HAITIANOS/AS SON MAS DE TRES MILLONES Y DESBORDA R.D.”
Hasta ahora ningún estudio bien avalado revela una masa de inmigrantes haitianos superior a medio millón.
La exageración persigue alarmar, exacerbar un falso “patriotismo” y potenciar el racismo anti-haitiano de matriz colonialista y racista, inculcado por la facción hispanófila de la sociedad durante siglos.
8.-Que hay que “SACARLOS COMO SEA DE ESTE PAÍS”.
Obviando que la economía dominicana, sin la mano de obra haitiana en áreas y condiciones abusivas depreciadas por los dominicanos/as, y sin el mercado haitiano sufriría una crisis mucho más extensa y profunda, y mucho más difícil de manejar que la actual.
9.-Que “LAS BANDAS ARMADAS HAN SEMBRADO EL CAOS EN HAITÍ Y LA ÚNICA FORMA MANERA DE ERRADICARLAS ES CON OTRA INTERVENCIÓN MILITAR A CARGO DE LA °COMUNIDAD INTERNACIONAL°.”
Pero resulta que esas bandas fueron creadas con apoyo de EE.UU y del paramilitarismo colombiano; a la vista de la MINUSTAH-ONU, usando como instrumento al oficialista Partido de las Cabezas Raspadas y los gobiernos de Martelly y Jovenel Moises, con la colaboración de la Policía Nacional y la actual protección del régimen de ARIEL HENRY.
A esas bandas le atribuyen falsamente las multitudinarias movilizaciones y los contundentes paros protagonizados por un pueblo supremamente empobrecido e indignado, que exige anulación del aumento de los combustibles, destitución del gobierno de Henry y transición soberana hacia un gobierno que garantice sus derechos y la autodeterminación del país.
Todas las intervenciones militares anteriores han empeorado la situación y la que ahora se fragua desde la Casa Blanca y la ONU tiene como propósito fundamental bloquear la caída del régimen e impedir una “solución haitiana a la crisis haitiana”; procurando imponer fórmulas afines a los intereses de EE.UU y potencias aliadas.
Y ya comenzaron a llegar las naves de guerra y las misiones del Comando Sur del Pentágono, anunciando más intervención y violencia imperial en El Caribe.
A estas 9 falacias – intensamente alimentadas por un pensamiento conservador, pro-colonial racista y xenófobo- las acompañan ideas fundamentalistas religiosas, machistas, adulto-céntricas, homofóbicas.
Ellas son agresivamente asumidas por cúpulas dominantes, empresariales, eclesiales, políticas, militares y estatales, que van conformando el NEOFASCISMO DOMINICANO.
Se trata de un producto ideológico, que con aires posmodernos y enorme fuerza mediática, emana de un sistema capitalista-imperialista mundial, central y periférico, enfermo, gansterizado y atrapado en una decadencia que potencia su agresividad; logrando en no pocos casos captar y endrogar una parte de la población.
¡ALERTA¡ Preparémonos para una gran batalla de ideas y mucho más, que ESO camina como pérfida resistencia conservadora a las indignaciones y rebeldías que en estos nuevos tiempos se inspiran, renuevan y amplían creadoramente las ideas libertarias y los dignos ejemplos de Tupamaruc, Lautaro, Anacaona, Guarocuya, Caonabo, Jesús, Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo, Bolívar, Manuelita, Martí, el Che, Fidel, Chávez, Lemba, Sempé. Lempira, Duarte, Caamaño Minerva Mirabal y Manolo, entre muchos y muchas más.
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