Los números hablan. Lo sabemos desde siempre. Hablan con mayor exactitud que otras categorías científicas, justamente porque pertenecen a las ciencias exactas. Pero cuando nos ocupamos de política o de cualquier otra disciplina social, los números corren el riesgo de ser relegados a meras referencias, indicadores o tendencias. Por ejemplo, nada más desacreditado en nuestro medio que las encuestas políticas. No por invalidez de esta herramienta científica y su metodología, sino porque vivimos una etapa histórica hegemonizada por la politiquería más sórdida e inmoral, capaz de corromperlo todo.
Ahora bien, cuando los números como herramienta de medición son proyectados sobre un fenómeno o figura pública con trayectoria reconocida y sostenida en el tiempo y el espacio, poseedor de una línea progresiva que podría tomarse como curva estadística en su comportamiento histórico, entonces las cosas se ponen serias y hay que tomarlas como tal. Justamente este es el hecho que nos ocupa. Un fenómeno que deben leer con finura y seriedad, en primer lugar, el Partido de Gobierno al cual pertenece El; en segundo lugar, la atolondrada oposición política, y en tercer lugar, el país político. Más propiamente, el universo compuesto por la población dominicana en edad de votar.
¿De qué o quién se trata esta disquisición? De lo que llamaríamos el fenómeno Francisco Javier. Según datos suministrados a nosotros por fuentes muy bien informadas, de hecho, por fuentes encargadas de mediciones políticas en todo el país, el actual Ministro de Turismo y Jefe de Campaña de todas las victorias peledeístas desde la primera hasta la más reciente, la de Danilo y Margarita, este se sitúa con números tan sorprendentes que el mismísimo Leonel y el propio Danilo, estarían con la boca abierta. No somos mucho de hacer proyecciones, pero como sociólogo, los fenómenos de este tipo nos atraen como la miel a las moscas.
Hay que recordar que este hombre, verdadero gallo de pelea de todas las batallas de su partido desde que este entró en su racha ganadora, no siempre las ha tenido a su favor. Lo hemos observado ser un guerrero del verbo, de la estrategia, de la sagacidad política, cualidades que hasta sus más enconados adversarios le ha reconocido y obviamente, temido. Al parecer, hoy la masa peledeista que lo ha visto batirse en duelo por su causa, y en cierto modo, la población silente que observa a distancia, pero con inteligencia, parecen estarlo valorando y aquilatando como lo que ha sido, un ganador. Tal vez él mismo no era consciente en su momento, de cuánto sus batallas en beneficio de otros le endosaban caudal para sí mismo. O tal vez sí lo sabía, y eso lo haría aún más sagaz.
A resumidas cuentas, estamos ante el estratega político más ganador no sólo en la historia de su propio partido, sino del país. Más que el propio Leonel, pues Francisco Javier le ha dirigido exitosamente todas sus campañas, y más que el mismo Danilo, a quien también le ha dirigido sus campañas al Congreso y la más reciente a la Presidencia. Claro que no somos tan ingenuos para creer que la victoria de un equipo es solo fruto del trabajo de un buen Manager o de un Jugador superestrella. Pero quienes hemos visto a este hombre enfrentar en debates y discusiones públicas a sus adversarios, seríamos mezquinos si no reconociéramos sus dotes extraordinarias, su ángel, su don de ganador innato. Y esto es, sin lugar a dudas, lo que se está reflejando en las encuestas.
Las cifras que nos llegan en mediciones realizadas hasta ahora en La Vega, Puerto Plata, San Francisco de Macorís, Santiago, La Romana, El Seibo, San Cristóbal, Baní, Azua, Elías Piña, Ocoa, Bonao, Salcedo, Higuey y San Pedro de Macorís, confesamos que nos sorprenden, aunque después de reflexionarlas las entendemos. En estas provincias, la mayoría con fuerte vocación turística, lo cual ha de tenerse en muy cuenta, Francisco Javier aparece por encima no sólo de todos los precandidatos de declarados del PLD, sino de los propios Leonel y Danilo, aunque justo es hacer la salvedad de que éstos dos colosos por el momento no están siendo considerados en esta mediciones.
Los números dicen que está muy bien Francisco Javier. Que lleva hasta ahora, el carril de adentro. Ojalá no se deje engatusar por los buscadores de vida y falsos profetas. Y reconociendo sus capacidades profesionales, olfato político y talento de ganador, auguramos que puede llegar muy lejos. Claro, que no confunda dirigir a otros con dirigirse a sí mismo. No es ni por asomo la misma cosa. La autosuficiencia es la peor arma de un político.
Por cierto, si me permite una humilde recomendación de entrada, por favor Señor Ministro, rebaje un poco. La gordura no vende, y menos en estos tiempos del culto al cuerpo y a la vida sana. Usted es elegante, pero nadie gordo se ve bien ni saludable, ni siquiera en un cuadro de Botero. Se lo digo por imagen, pero también por salud. La salud es uno de los mayores activos de un político como usted, joven y con futuro. Las profesiones de la política exigen un organismo en forma, capaz de resistir el estrés y las largas jornadas de trabajo sin afectarse.
Finalmente, si usted Sr. Ministro, algunos de sus seguidores o cualquier indagador o curioso profesional quisiera saber por qué me he tomado la libertad de escribir estas líneas, les confieso que lo hago por pura pasión, por el mero hábito de observador de estos fenómenos. Hace tiempo que sigo su trayectoria, como las de otras jóvenes figuras de la política dominicana. Para bien o para mal, no tengo vocación, ni tiempo, ni salud, ni edad para ser un agitador político a favor de nadie.
Lo que aquí he dicho, se debe a que mi pasión y oficio es el de observar, vivir, oler los fenómenos de cada día, y con ellos intentar hacer ciencia y conciencia.