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27 Abril 2024

Obama enfrenta el racismo en un fin de semana dedicado a los derechos civiles

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Foto de Archivo

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WASHINGTON, Estados Unidos.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, aseguró este viernes que la discriminación racial detectada en la Policía de la localidad de Ferguson (Misuri), donde en agosto pasado un agente blanco mató a un joven negro desarmado, no es un caso aislado, e insistió en la necesidad de una reforma policial.

Obama comenzó este viernes un fin de semana centrado en la defensa de los derechos civiles, que culminará el sábado con un viaje a Selma (Alabama), para conmemorar el 50 aniversario de la marcha a favor del voto de los negros que fue violentamente reprimido en esa ciudad y acabó propiciando la Ley de Derechos Civiles (1965).

El aniversario se produce la misma semana en la que el Departamento de Justicia publicó un informe sobre la actuación general de la Policía de Ferguson elaborado a raíz de la muerte del joven negro que desató semanas de protestas, y abrió de nuevo el debate sobre el racismo en Estados Unidos.

«No creo que sea lo típico que ocurre en todo el país, pero tampoco se trata de un incidente aislado», dijo Obama en una entrevista a la cadena de radio Sirius XM, emitida antes de partir a Carolina del Sur para participar en un encuentro en la escuela secundaria Benedict College, de larga tradición afroamericana.

El presidente afirmó que este asunto requiere «una acción y movilización colectiva» y que una reforma policial en este sentido debe ser una de las principales tareas del movimiento de derechos civiles 50 años después de las marchas que lograron un cambio.

El Departamento de Justicia concluyó que en los últimos dos años los ciudadanos afroamericanos de Ferguson, que suponen el 67 % de la población, fueron objeto del 85 % de las detenciones de tráfico, el 93 % de los arrestos y el 88 % de los casos en los que la Policía empleó la fuerza.

Obama, que también habló del caso preguntado por la audiencia en Carolina del Sur, señaló que este informe revela una situación «opresiva y abusiva» y ha dejado en evidencia un «sistema roto y de prejuicios raciales».

El fiscal general, Eric Holder, explicó el pasado miércoles al presentarse el informe de Ferguson que «la investigación ha encontrado una comunidad profundamente polarizada, y donde la profunda desconfianza y la hostilidad a menudo caracterizan las relaciones entre la Policía y los residentes del área».

«Nuestro mayor objetivo tiene que ser evitar circunstancias parecidas en cualquier otro lugar», agregó Obama.

El reporte se presentó al tiempo que el Departamento de Justicia anunció que no procesará a Darren Wilson, el policía blanco que mató al afroamericano Michael Brown en agosto pasado en Ferguson, al considerar que no violó los derechos civiles cuando disparó al joven, de 18 años.

De esta forma, el Departamento de Justicia dio carpetazo al caso sobre la presunta violación de los derechos civiles de Brown, abierto después de que el pasado 24 de noviembre un gran jurado decidiese también no imputar al agente.

Tras esa decisión, miles de personas salieron a las calles en todo el país y Ferguson revivió los disturbios raciales que durante dos semanas siguieron a la muerte de Brown, el 9 de agosto, en los que se registraron saqueos y refriegas con la Policía.

La muerte de otro afroamericano en Nueva York el pasado verano por una llave no autorizada que le aplicó un policía cuando intentaba detenerlo o la decisión de no presentar cargos contra George Zimmerman, el exvigilante absuelto por el asesinato de Trayvon Martin en 2012, al considerar que no se guió por prejuicios raciales cuando disparó al adolescente, han reabierto la herida.

Obama encabezará el sábado en Selma junto con su esposa, Michelle, y sus dos hijas, una marcha para conmemorar la que encabezó hace 50 años el líder de los derechos civiles Martin Luther King a favor del voto de los negros.

Aquella marcha pasó a la historia como el «Bloody Sunday» («Domingo sangriento»), por la violenta represión policial que se saldó con 50 heridos, pero logró un giro de los derechos de los afroamericanos, un legado aún por concluir, señaló Obama.

«Selma no se trata solo de conmemorar el pasado, se trata de honrar el legado de quien ayudó a cambiar este país a través de sus acciones de hoy, aquí y ahora», subrayó el presidente ante decenas de estudiantes.

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