WASHINGTON, Estados Unidos.- El presidente saliente de EEUU, Barack Obama, dijo hoy que no se quedará callado si ve esfuerzos por parte del Gobierno de su sucesor, Donald Trump, para deportar a los jóvenes indocumentados que llegaron al país de niños y son conocidos como «dreamers» («soñadores»).
En su última conferencia de prensa antes de dejar el cargo este viernes, 20 de enero, Obama rechazó la idea de que «arbitrariamente» o por motivos «políticos» se busque «castigar» a esos jóvenes «que no han hecho nada malo».
Esos jóvenes «aman a este país», y «son amigos de nuestros hijos y sus compañeros de clase», enfatizó Obama.
Por ello, prometió manifestarse como ciudadano, una vez que deje la Casa Blanca, contra los esfuerzos para deportar a esos jóvenes, al igual que si observa «discriminación sistemática», «obstáculos» para que las personas puedan votar o «esfuerzos institucionales para silenciar la disidencia o a la prensa».
Según fuentes legislativas demócratas, Obama ha pedido personalmente a Trump que proteja a los «dreamers» («soñadores»), durante las conversaciones que ambos han mantenido para preparar la transición de poder.
Esos «dreamers» son los beneficiarios del programa de alivio migratorio Acción Diferida (DACA), que Obama lanzó mediante una orden ejecutiva en 2012.
Los 750.000 jóvenes indocumentados que se acogieron a la DACA enviaron sus datos al Gobierno y muchos activistas de inmigración temen ahora que Trump use esos mismos detalles para localizarlos y deportarlos.
No obstante, el general retirado John Kelly, nominado para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), dijo la semana pasada ante el Senado que no cree que deportar a los «dreamers» vaya a ser una prioridad del Gobierno de Trump.
Tras ganar las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre, Trump dijo que expulsaría a los inmigrantes que tienen «antecedentes penales», cerca de tres millones, en vez de al total de 11 millones de indocumentados a los que prometió deportar durante la campaña.