OCHA eleva a 180.000 los desplazados por escalada violencia en norte de Siria

En su último informe, publicado hoy, la OCHA ha señalado que 180.000 civiles han abandonado sus hogares entre el 29 de abril y el 9 de mayo, 164.000 de los cuales huyeron hacia el norte y el este de la provincia de Idlib y el resto hacia la de Alepo.

Los ataques aéreos y de artillería del Ejército sirio y su principal aliado, Rusia, se están concentrando en el sur de Idlib y en el norte de la vecina provincia de Hama, donde también se están registrando combates entre las fuerzas leales a Damasco y las facciones rebeldes opositoras.

La OCHA ha advertido de que en la zona afectada por las hostilidades hay más de dos millones de personas, muchas de las cuales ya han sido desplazadas anteriormente por lo que disponen de pocos recursos para hacer frente a la situación, al mismo tiempo que se dirigen a zonas que ya están sobrepobladas y donde los campamentos están al máximo de su capacidad.

Asimismo, la agencia de la ONU ha señalado que existen informaciones sobre la muerte de al menos 120 personas en el mismo periodo de tiempo, pero ha agregado que esta cifra es difícil de verificar, al igual que el número exacto de heridos, que podrían ser cientos.

La violencia también ha impactado en la infraestructura civil, con 15 centros sanitarios y 16 escuelas dañadas por los bombardeos o el lanzamiento de artillería y cohetes.

Según la OCHA, 400.000 estudiantes no podrán realizar sus exámenes de final de año debido a la suspensión de las evaluaciones en cinco de las localidades más afectadas por la campaña de ataques y los combates.

Además, hasta el 8 de mayo, 16 organizaciones humanitarias habían suspendido sus actividades en la zona por motivos de seguridad o porque sus instalaciones fueron dañadas o destruidas.

En el informe, la OCHA ha indicado que cinco trabajadores humanitarios han muerto supuestamente en este periodo por los ataques, que han limitado notablemente la capacidad de respuesta de las organizaciones que ofrecen asistencia en la zona.

Según el documento, estas entidades han comenzado a aplicar un plan de respuesta humanitaria que estaba preparado ante una ofensiva contra Idlib, para ofrecer apoyo a hasta 700.000 personas en las áreas controladas por los grupos armados opositores.

Idlib es la última región de Siria dominada casi por completo por las facciones rebeldes e islamistas, y Damasco ha prometido que recuperará su control tarde o temprano.

Sin embargo, una potencial ofensiva gubernamental sobre la zona fue detenida el pasado septiembre gracias a un acuerdo entre Rusia (aliada de Damasco) y Turquía (valedora de la oposición), que está haciendo agua en las pasadas semanas.