Esta es la conclusión de un sondeo realizado por el instituto Oekonsult a 813 personas durante el pasado fin de semana y que hoy se difunde en toda la prensa austríaca.
Aunque la encuesta destaca que no hay "pruebas concluyentes" de la vinculación entre los pepinos procedentes de España y la infección, el 83 % de los preguntados rechaza la "presunción de inocencia" de los productores españoles, y solo el 4 % desea esperar a conocer todos los datos para hacer un juicio de valor.
La inmensa mayoría de los encuestados, el 95 %, considera que la compra de hortalizas y otros productos frescos austríacos es una garantía de calidad frente a los importados.
Austria ha reforzado los controles sanitarios a los productos hortofrutícolas procedentes del exterior, aunque no ha establecido ningún veto a su importación de ningún país.
Sin embargo, en algunas cadenas de supermercados, como los del gigante alemán REWE, se han retirado "de forma preventiva" pepinos, tomates y berenjenas españoles hasta que se haya esclarecido la situación.
La Agencia Austríaca de Seguridad Sanitaria, por su parte, ordenó la retirada de una partida de pepinos, tomates y berenjenas de España de 33 tiendas biológicas, debido a que procedían de los mismos mayoristas alemanes en los que, según las autoridades alemanas, se encontraron rastros de la bacteria intestinal.
La Oficina austríaca de Salud y Seguridad Alimentaria (Ages) ha habilitado también una línea telefónica para informar sobre la bacteria "E.Coli" y tomar medidas de prevención.
En Austria se han producido dos casos de infección en dos turistas alemanes que se encontraban de vacaciones en la región de Alta Austria.