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“Ocho Secretos para ser Feliz”

Nosotros fuimos creados para ser felices. Ahora bien, uno es quien se labra su propia felicidad a través, de la vida o su infelicidad.

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Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Nosotros fuimos creados para ser felices. Ahora bien, uno es quien se labra su propia felicidad a través, de la vida o su infelicidad.

Si actuamos como Dios quiere que actuemos, seremos felices, pero si actuamos según las tendencias del mundo y ponemos a un lado a Dios, por mucho que queramos no vamos a ser felices, porque la única y verdadera felicidad viene de Dios.

Les cuento esta historia que leí hace algún tiempo. Había una vez un sabio que al ver la sencillez y la pureza de esta niña le comento: A ti te enseñare los ocho secretos para ser feliz de por vida, ven conmigo y presta mucha atención.

Los secretos los tengo guardados en mi corazón y en mi mente. Son una serie de pasos que deberás seguir todos los días de tu vida.

El primer paso, es saber que Dios existe, y que Él está presente en cada paso de tu vida, por eso debes amarlo y darle gracias diariamente por todo lo que tenemos a lo largo de nuestra vida.

El segundo paso, es que debes de quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: Yo valgo mucho para Dios, soy capaz, soy cariñoso y espero mucho de mí, no existe nadie que yo no queda vencer.

El tercer paso, es que debes practicar todo lo que eres y dices. Si piensas que eres cariñoso, actúa como tal, dándoles amor a todos, proponte metas en tu vida y cúmplelas, lucha por ellas.

El cuarto pasó, es no ser envidioso, no puedes envidiar lo que tienen ellos. Ellos alcanzaron sus metas, consigue tú las tuyas.

El quinto paso, es no debes albergar en tu corazón rencor a nadie; ese es un sentimiento que no deja ser feliz; tu perdona y olvida.

El sexto paso, es que no debes tomar lo que no es tuyo. Lo que no es tuyo, no te pertenece.

El séptimo paso, es que bajo ningún motivo debes maltratar ni ofender a nadie. Todos tenemos derecho a que nos quieran y se nos respete.

El octavo y último paso, es que te levantes siempre con una sonrisa, mira a tu alrededor y dale muchas gracias a Dios por tener tantas cosa que otros no tienen. Gracias por la salud, gracias por mi trabajo, cuantos hay que no tienen ninguno, gracias por mi familia, cuantos no tienen ninguna y no encuentran apoyo en ella. Y así muchas otras cosas más.

Señor, gracias por la vida que me has dado, porque puedo ser feliz.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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