Salió pelado el billete de quienes esperaban que el informe rendido ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) por la misión de observación que vino a las elecciones generales dominicanas, sería coincidente con su visión siniestra del proceso electoral, cuyos resultados se han negado a reconocer porque no lo asumen como expresión libérrima de los electores sino como producto de fraude.
El día anterior a la lectura del informe, Luis Abinader, quien fuera el principal candidato opositor declaró que había ganado en Nueva York, porque allí no influyó el oro corruptor, con lo que estaba significando que perdió en todos los colegios, las circunscripciones, barrios, municipios y provincias del territorio nacional, porque le compraron las elecciones.
Ninguna encuesta creíble le atribuyó posibilidad alguna de ganar las elecciones y en todas el presidente Danilo Medina les aventajó con más de un 25%, con lo que queda muy claro que perdió porque estaba irremediablemente perdido, pero ha jugado a engañarse a sí mismo con alegatos de fraude, y creyendo que la OEA se pronunciaría por esa línea, se presentó a la sede la de organización en Washington para escuchar música para sus oídos, pero no le resultó
La palabra fraude, no aparece en ninguna parte del informe, y de irregularidades se habla una vez en un contexto fuera de colegios. Por el contrario, el informe deja claro que lo que se expresó en las urnas y en los resultados, fue la voluntad de los electores.
“El domingo, la ciudadanía dominicana expresó su voluntad en las urnas donde acudieron más del 69% de los electores y, de acuerdo con los datos consolidados por la Junta Central Electoral, un 61,74% votó a favor de Danilo Medina, quien fue reelecto como presidente por los próximos 4 años.
“Las mesas se integraron en su mayoría con miembros titulares. Los sitios eran adecuados y fueron bien organizados para el desarrollo de la votación, garantizando así el secreto del voto. Fue patente el esfuerzo por contar con recintos adecuados para que la jornada pudiera llevarse a cabo según lo programado”.
La misión enumeró algunas fallas, pero al mismo tiempo reconoce que fueron subsanadas: “En cuanto a la distribución de materiales electorales, se registraron retrasos y fallas en la entrega de los kits electrónicos. Sumado a esto, un alto número de auxiliares técnicos no se presentó a trabajar, hecho que fue anticipado por la Junta Central Electoral, la noche del sábado, misma que se comprometió a investigar y explicar esta situación que afectó la jornada electoral.
“La totalidad de los colegios electorales abrió, en promedio una hora más tarde de lo estipulado por la ley, a pesar de todas esas dificultades iniciales…”
“La Misión observó una importante presencia de representantes partidarios, en particular de delegados de las candidaturas mayoritarias. Llamó la atención la actividad proselitista desplegada tanto en las inmediaciones, como en el interior de los centros de votación, contrario a lo previsto en el artículo 108 de la Ley Electoral. Se observaron también personas alrededor de los recintos y,
en ese contexto, se recibieron 13 denuncias sobre diversas irregularidades incluidas compras de votos y cédulas, que fueron remitidas a la autoridad correspondiente.”
Informe concluye con recomendaciones para el uso paulatino de las nuevas tecnologías y de cambios en marco regulatorio que el país ha estado discutiendo desde hace tiempo, y eliminación de arrastre, pero nada que haya alterado resultados.
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