Redacción.- Las microgotas son una vía de transmisión «menor» de la mpox o viruela símica, aseguró este martes una portavoz de la OMS, e insistió en que se necesitan más investigaciones para comprender mejor «la dinámica de transmisión» del virus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mpox se transmite de persona a persona principalmente por «contacto físico directo».
En su página web, la OMS explica que el contacto directo puede incluir «contacto piel con piel» (como tocarse o mantener relaciones sexuales) y «contacto boca a boca o boca con piel», como los besos. También se menciona el hecho de estar frente a alguien, como al hablar o respirar cerca, y entrar en contacto con partículas respiratorias infecciosas.
«Si está hablando con alguien de cerca, si respira sobre él, o si está físicamente cerca, es posible que las gotículas respiratorias, si tiene lesiones, se propaguen a otra persona», indicó Margaret Harris, portavoz de la OMS, en una rueda de prensa en Ginebra. En cualquier caso, añadió, «se necesitan más investigaciones para comprender completamente la dinámica de transmisión» del virus.
Es posible que el virus se mantenga presente durante un tiempo en la ropa, objetos y superficies que han sido tocadas por una persona infectada. Alguien que toque después esas superficies podría infectarse si tiene cortes o abrasiones, o si se toca los ojos, la nariz, la boca u otras mucosas antes de lavarse las manos.
La OMS recomienda limpiar y desinfectar tanto superficies como objetos, así como lavarse las manos después de tocar estos elementos potencialmente contaminados. La organización no recomienda el uso generalizado de mascarillas, aunque sí lo hace para los trabajadores sanitarios y las personas en contacto con un enfermo, recordó Harris.
El resurgimiento de la mpox, anteriormente conocida como viruela del mono, en África, especialmente en la República Democrática del Congo, así como en Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda, y la aparición de una nueva variante (clado 1b), llevaron a la OMS a declarar una emergencia sanitaria pública internacional el 14 de agosto, el máximo nivel de alerta.