Madrid.- Los Gobiernos del mundo planean producir más del doble de la cantidad de combustibles fósiles en 2030 de lo que sería compatible con limitar el calentamiento global a 1,5 grados, en sintonía con el Acuerdo de París, según un informe impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El citado informe señala además que la brecha de producción de energías fósiles -carbón, petróleo y gas- se ha mantenido prácticamente sin cambios desde 2019, por lo que apela al papel destacado y primordial de todos los Gobiernos para garantizar que la transición ecológica, más allá de los combustibles fósiles, sea justa y equitativa.
Los gobiernos proyectan colectivamente un aumento en la producción mundial de petróleo y gas, y solo una modesta disminución en la producción de carbón, durante las próximas dos décadas, lo que conduciría a «niveles de producción futuros muy por encima de limitar el calentamiento global».
Los países del G20 han destinado casi 300.000 millones de dólares en fondos adicionales a los combustibles fósiles desde el comienzo de la pandemia, mucho más de lo destinado a energías limpias, por lo que el PNUMA reclama restricciones a la exploración y extracción fósil para evitar niveles de suministros de combustibles incompatibles con los objetivos climáticos.
Asimismo, urge a los Gobiernos a poner fin a los subsidios y otros tipos de apoyo a la producción, excluir los combustibles fósiles de las finanzas públicas y orientar un mayor apoyo hacia el desarrollo con bajas emisiones de carbono.
En la misma línea, el PNUMA aboga por una «transición justa, equitativa y eficaz» que requerirá de un mayor apoyo internacional para los países que dependen de la producción de combustibles fósiles y tienen una capacidad financiera e institucional limitada.