Cada inicio de año es una oportunidad de trazarnos metas y ser optimistas, dar siempre el primer paso sin obviar la realidad será clave a la hora de cumplir con nuestros propósitos; y no solo a nivel individual sino también colectivo, como sociedad, como Estado, como nación que como fuerza activa es afectada por las decisiones internas que toman nuestros líderes y también por las externas de las cuales no podemos escapar.
Siendo más optimistas que la media general esperemos que este nuevo año sea de avances y prosperidad para nuestro país, que la politiquería barata que impulsa el clientelismo y la falta de propuestas, sean parte del pasado; que entendamos que si aspiramos a ser un país desarrollado tenemos que actuar como tal copiando los buenos ejemplos, esto sin importar los intereses que toque y lo titánica que sea la labor.
Lo de ser un pueblo trabajador, servicial, y alegre es algo con lo que por nuestra idiosincrasia se puede contar; no importa las circunstancias el dominicano es solidario, pero también espera respuestas y altura de miras de sus políticos a las cuestiones de economía, seguridad, oportunidades etc.
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