Pekín.- La Fiscalía Popular Superior de China ha ordenado el arresto del exministro chino de Justicia Fu Zhenghua por «aceptación de sobornos» y por «explotación de la ley en su propio beneficio», recoge hoy la agencia oficial Xinhua.
Según Xinhua, el caso ha pasado a manos de la Fiscalía tras una investigación realizada por la Comisión Nacional de Supervisión de China, el principal organismo anticorrupción del Estado chino.
Dicha institución, en colaboración con la Comisión Central para Inspección y Disciplina, el brazo anticorrupción del Partido Comunista de China (gobernante), comenzó a investigar al exfuncionario en octubre de 2021 por «graves violaciones de la disciplina y las leyes nacionales».
La investigación se prolongó hasta el pasado marzo y concluyó que Fu Zhenghua, que fue expulsado del Partido Comunista y de cualquier cargo público, «nunca fue verdaderamente leal al partido y al pueblo», tenía ambiciones políticas «extremadamente infladas», «formó camarillas», poseía «ilegalmente» armas de fuego, tenía un estilo de vida «extravagante y hedonista» y tomó parte en «actividades supersticiosas», entre otras acusaciones.
Fu, de 67 años, fue nombrado ministro de Justicia en 2018, cargo que mantuvo hasta 2020.
Antes de su nombramiento, Fu había dirigido investigaciones de alto perfil como la del exjefe de los servicios de seguridad Zhou Yongkang, en 2014, y había ejercido de viceministro de Seguridad Pública entre 2013 y 2018.
El pasado septiembre, otros miembros del aparato de seguridad chino fueron procesados por corrupción: los exjefes de policía de las ciudades de Chongqing (centro) y Shanghái (este), acusados de recibir sobornos.
Por su parte, el ex viceministro chino de Seguridad Pública Sun Lijun también fue acusado el pasado enero de aceptar dádivas.
Tras su llegada al poder en 2012, el actual secretario general del PCCh y presidente de China, Xi Jinping, comenzó una campaña anticorrupción en la que varios altos cargos chinos han sido condenados por aceptar sobornos millonarios.
La campaña ha llevado al castigo de más de un millón y medio de funcionarios y ha destapado importantes casos de corrupción, pero algunos críticos han apuntado que también podría estar siendo utilizada para acabar con la carrera política de algunos de los rivales de Xi.